La aprobación por parte del Ayuntamiento de Sagunt de un plan económico financiero por el incumplimiento de la regla de gasto en 1,2 millones de euros ha despertado críticas desde la oposición. Estos ajustes respecto al presupuesto aprobado, que se reparten en 850.000 euros que deberá asumir el consistorio, 300.000 euros el Consell Agrari y 50.000 euros la SAG, son "para demostrar a Madrid que medidas vamos a adoptar para cumplir con la injusta regla de gasto, que obliga a los ayuntamientos, independientemente de su capacidad financiera, a no sobrepasar una cantidad de gastos", según explicó en su momento el concejal de Hacienda, Enric Ariño.

Estas palabras no han convencido a Ciudadanos, cuyo portavoz municipal, Raúl Castillo, cree que estos incumplimiento "es previsible que obligue al cuatripartito a pedir un préstamo de más de 5 millones de euros que sin ninguna duda hipotecará futuras inversiones". El edil de Cs añade que "lo más chocante es que desde Intervención se indicó en diversas ocasiones que el cuatripartito incumpliría la regla de gasto", pero el gobierno de Sagunt "ha gestionado el dinero público caminando por un alambre muy fino y al final, no solo han caído ellos, nos hacen caer a todos los ciudadanos por su irresponsabilidad"

Castillo se pregunta "si el señor Ariño juega tan alegremente con su economía personal", antes señalar comno "preocupante" que al delegado de Hacienda "no le importe lo más mínimo hipotecar la economía de nuestra institución local". El portavoz de la formación naranja añade que "vamos a estar muy encima de las actuaciones que se vayan a llevar a cabo en política de gastos para cumplir con las restricciones del plan y compaginar esto con su ansia gastadora, ya que un nuevo incumplimiento de las obligaciones que este plan impone, podría llevar aparejadas sanciones muy importantes".

El concejal también señala que "veremos como cuadran todos sus promesas durante el próximo año, teniendo en cuenta que no van a tener dinero para ejecutar todo lo pendiente". Para finalizar Raúl Castillo considera que "el equipo de gobierno tiene un problema interno que lastra el día a día del funcionamiento de este ayuntamiento. No existe comunicación entre los propios socios, cada partido va a la suya sin tener una planificación conjunta y esa desorganización no solo les afecta a ellos internamente, sino a los más de 65.000 vecinos y vecinas del municipio".