Los lazos entre Sagunt y Roma provocaron una guerra con Cartago. Hoy, sin embargo, la pugna parece darse entre la capital del Camp de Morvedre y la antigua ciudad imperial. Una pugna, eso sí, totalmente incruenta y más simbólica. Porque si entonces todos los caminos conducían a Roma, hoy Sagunt parece empeñada en que todas las vías pasen por aquí.

La última iniciativa en este sentido partió la semana pasada de Les Corts en forma de una proposición no de ley para desarrollar la Vía Verde de Ojos Negros, que sigue el trazado de la antigua vía de ferrocarril que unía aquellas minas aragonesas con el complejo siderúrgico del Port de Sagunt y que hoy es la mayor ruta cicloturista de España. Una propuesta aboga entre otras actuaciones encaminada a terminar y mejorar su trazado, defiende su conexión con la futura ruta europea de Eurovelo 8.

La idea permitiría a los cicloturistas poder viajar hacia el sur hasta la ciudad andaluza de Cádiz donde tendría su origen. Un reto ambicioso pero nada comparable con el que deberían afrontar si por el contrario decidieran dirigir su pedaleo hacia el norte. En ese caso el destino final de su aventura viajera les conduciría a la otra gran ciudad clásica por antonomasia: Atenas.

En total este gran camino europeo está concebido con una extensión de 5.000 kilómetros. En su recorrido, los ciclistas que partieran desde España, además de atravesar la península de punta a punta, deberían cruzar las fronteras de Francia, Mónaco, Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Montenegro, Albania y Grecia. Incluso, para los más insaciables amantes del pedaleo les ofrece la posibilidad de dar un salto marinero y apurar un último paseo por las tierras de Chipre.Un recorrido que Les Corts aspiran a que pueda conectar con la antigua ruta minera en el punto donde ambos caminos se cruzan: Sagunt.

Pero este no sería el único proyecto que quiere hacer de Sagunt un cruce de caminos. Hay más. Algunos más pequeños, cercanos y emotivamente más entrañables. Es el caso de la vieja Vía Xurra, actualmente también en fase de reconversión en vía verde ecoturística que permitiría enlazar desde la capital del Camp de Morvedre, a través de Puçol, con las cercanas tierras de l'Horta.

Igualmente, la Vía de Ojos Negros también aspira a unir el Port de Sagunt con los territorios de Cantábrico. El proyecto, en fase de ejecución, permitiría conectar la antigua via minera con otro trazado de ferrocarril abandonado transformado en vía verde, el que debía haber unido Santander con el Mediterráneo.

Unos 160 kilómetros

Para hacerlo posible, ya se está diseñando la conexión de ambas vías verdes por la localidad aragonesa de Jiloca. Cuando el proyecto esté totalmente finalizado estaremos ante la vía cicloturista más larga de toda España, con una extensión de más de 800 kilómetros. Mientras tanto, la Vía de Ojos Negros, con sus 160 kilómetros mantiene en solitario el récord de distancia.

Un privilegio no exento de paradojas. Porque esta vía que pretendía recuperar el trazado de aquel ferrocarril que allá por 1907 transportaba el mineral desde las minas de Ojos Negros al naciente e industrioso núcleo del Port de Sagunt, sigue teniendo pendiente de ejecutar los tramos finales que deberían alcanzar esos puntos. Y el rico patrimonio industrial que ahora albergan sigue esperando a esos turistas del pedaleo que algún día aspiran a conocerlo desde el sillín de sus bicicletas.