El 26 de junio, el Ayuntamiento de Sagunto aprobó una moción condenando la colonización, la ocupación militar y el apartheid que sufre el pueblo palestino a manos del Estado de Israel. Cabe recordar que un informe de un organismo de la ONU (Cespao) de 2017 declaró que Israel es un Estado de apartheid y estableció que se «deberían apoyar las medidas de boicot, desinversión y sanciones [BDS]» para que el Estado israelí cumpliese con el derecho internacional y los derechos humanos. Es necesario recalcar, también, que Israel es el Estado que más veces ha sido condenado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En el mismo texto de la moción, en esta línea mencionada, el ayuntamiento declaró su respaldo al movimiento noviolento BDS -lanzado en 2005 inspirándose en el movimiento similar que contribuyó a la caída del apartheid en Sudáfrica y que en la actualidad supone la mayor coalición de la sociedad civil palestina- y se sumó a la campaña Espacio Libre de Apartheid Israelí (ELAI).

Esta moción se produce tras la aprobación de un texto similar en el Ayuntamiento de València el pasado 31 de mayo y de la Diputación de València en diciembre de 2016. En un contexto más amplio, también en el marco de las mociones de apoyo al pueblo palestino, de petición de embargo al Estado de apartheid de Israel o de adhesión al BDS en los últimos meses en Barcelona, Bolonia, Dublín, Pamplona o Valdivia. Además, más de 80 ayuntamientos y diputaciones del Estado español se han sumado a la campaña ELAI y han apoyado el BDS. No podemos eludir que, ante hechos internacionalmente ilícitos (como los que comete sistemáticamente el Estado de apartheid de Israel), los denominados terceros Estados -como España- y todas sus instituciones regionales y locales, tienen la responsabilidad de no reconocimiento y no asistencia ante estos crímenes y violaciones. Formamos parte de la comunidad internacional y, además, estas normas son de obligatorio cumplimiento.

De esta forma, Sagunto, capital histórica y cultural, ciudad íbera, romana, judía, musulmana, cristiana y diversa, se pone en el mapa de la solidaridad y los Derechos Humanos. Sagunto demuestra que es una ciudad solidaria, digna y que quiere la justicia. También se pone en el mapa del sentido común, de la humanidad y de la normalidad, porque lo común, humano y normal es querer que se cumplan los Derechos Humanos, al contrario de lo que viene practicando el Estado de apartheid de Israel en los últimos 70 años.

Ninguna amenaza de una asociación de extrema derecha que defiende a Israel, un Estado colonial y racista que ha asesinado a más de 2.000 niñas y niños palestinos desde el año 2000, puede ni debe cometer una injerencia sobre la soberanía democrática en nuestros municipios solidarios. Unos ayuntamientos y diputaciones que solo buscan, como el movimiento BDS, que se cumpla con el derecho internacional y los derechos humanos. De este modo, Sagunto se pone del lado de miles de instituciones, organizaciones y movimientos sociales de todo el mundo que apoyan al BDS, incluyendo a figuras y grupos judíos. El BDS también fue apoyado por el científico, Stephen Hawking, y tiene el respaldo de la filósofa judía Judith Butler, del director Ken Loach, del cantante de Pink Floyd, Roger Waters, o del Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu. Precisamente, el BDS ha sido nominado al Nobel de la Paz 2018.

Así, Sagunto se pone del lado de cientos de víctimas judías del Holocausto que, en verano de 2014, mientras el ejército israelí masacraba a más de 2.200 personas palestinas de la Franja de Gaza, incluyendo a más de 500 menores de edad, entonaron el «no en mi nombre» y pidieron el «boicot completo» al Estado de apartheid de Israel. En el fondo, solo estamos pidiendo que el pueblo palestino tenga derecho a tener derechos. Por todo ello, muchas gracias a los grupos que apoyaron la moción. Y sobre todo, muchas gracias Sagunto.