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Los ruidos dejan al marjal de Almardà sin la nidificación de varias aves

Especies habituales como el Fumarel Cariblanco o el Porrón Común han optado por otras zonas húmedas para criar al ver alterado su hábitat

Los ruidos dejan al marjal de Almardà sin la nidificación de varias aves

La ausencia de varias especies ha marcado este año la nidificación en el marjal del Almardà. Aves que habitualmente escogen este humedal para criar han desaparecido, como es el caso del Fumarel Cariblanco, del que se contabilizaban varias parejas durante la época de cría que se solapa entre la primavera y el verano. Al Fumarel se une el Porrón Común, que también ha optado por otras zonas húmedas para nidificar, al igual que han hecho otras especies de las familias de las garzas y las anátidas.

El origen de esta fuga se encuentra en la perturbación que ha sufrido el hábitat de estas aves con la apertura de nuevas turberas. «Estas obras han generado mucho movimiento de tierras y ruido al tener que excavar, lo que ha requerido incluso de maquinaria pesada y el paso de camiones, que han alterado la tranquilidad a la que están acostumbrados estos animales», explican desde Acció Ecologista Agró. «Son especies muy sensibles que necesitan mucha calma para criar y este año no la han tenido». Este también es el caso del Somormujo Lavanco.

En cualquier caso, el educador medioambiental Ángel Bereje deja claro que se trata de «algo puntual» y que la apertura de nuevas turberas también será «una oportunidad para nuevas especies o incluso para las que se han marchado. Estamos convencidos de que ese espacio de turberas se convertirá en una nuevo microhábitat», insistía Bereje.

Nuevo hábitat

Frente a la desaparición de estas especiales del marjal de Almardà, otras han aumentado su presencia como es el caso de la Cigüeñuela al igual que el Chorlitejo chico, «que se veía muy poco y ahora ha crecido en número». Esta situación ha venido provocada por la apertura de un nuevo espacio, «más abierto con carrizo más disperso y una lámina de agua, junto a la Casa Penya», es decir, el hábitat idóneo para este tipo de aves que se ha recreado en el humedal saguntino, añaden los ecologistas.

También ha aumentado el número de Avetorillos que contrasta con la ausencia de Avetoro, especie que se avistó en marzo, pero que en la actualidad no se ha vuelto a ver por la zona.

Pese a lo sucedido con la nidificación de varias especies, los ecologistas aseguran que el humedal se encuentra en uno de sus mejores años en cuanto a niveles de agua y también en cuanto a la calidad de la misma.

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