Para Alfonso Chillerón, presidente del Anpb, esta alternativas es la única forma de conciliar la suelta con la legalidad y el bienestar animal. En este sentido, destaca que otras planteadas, como sueltas «simbólicas» de pocos ejemplares, como se llegó a proponer en el Port, son inviables. «Lo que conculca el Derecho es sacarlos de su hábitat y su persecución y captura en el mar, independientemente del número de patos. Era consustancial al acto someterlos a tratos antinaturales y a maltrato, y esto se encuentra plasmado en diversas sentencias», señala.