No es la primera vez que Algar del Palancia se ve envuelto en un episodio tan macabro. Hace unos veinticinco años su cementerio ya sufrió las acciones de grupos vandálicos que rompieron lápidas y cruces, aunque en aquella ocasión sus autores no llegaron a profanar ninguna de las tumbas.

Aquellos desagradables hechos tuvieron su conclusión con una peculiar forma de identificar a sus responsables. Y es que al sospechar la identidad de quiénes podrían ser sus autores, un grupo de ediles tomo la determinación de esconderse en el camposanto para tratar de sorprenderles in fraganti, lo que finalmente sucedió.

Pero Algar del Palancia no ha sido el único municipio del Camp de Morvedre que ha sufrido vandalismo y extraños sucesos en su cementerio.

En abril de 2011 unos desconocidos accedieron por la noche al cementerio de Quartell y provocaron destrozos en las fotografías de una decena de tumbas, lo que provocó una fuerte indignación entre los vecinos de esta localidad de les Valls. Más recientemente, en febrero de 2013, Albalat dels Tarongers vivió un rocambolesco episodio que se saldó con una persona detenida por la Guardia Civil. Todo comenzó cuando el entonces alcalde Filiberto Prats recibió un mensaje de texto en su móvil de una persona que le exigía una reunión o de lo contrario haría públicos unos videos donde se recogían labores propias de un enterrador.

El alcalde denunció los hechos por considerar que podía tratarse de una profanación y la benemérita detuvo al autor del mensaje y los videos, que resultó ser una persona que colaboraba como enterrador para la Iglesia y que quería denunciar que estaba realizando esos trabajos sin contrato laboral y cobrando en negro.

El autor de aquellas grabaciones, que eran respetuosas y se limitaban a documentar su trabajo, fue finalmente puesto en libertad sin cargos.