Torres Torres se ha convertido en uno de los destinos de turismo rural con mayor proyección y crecimiento de todo el Camp de Morvedre. Esta localidad, de apenas 700 habitantes, recibe de forma continua grupos de turistas que suponen de 30 a 40 personas diarias, quienes descubren en su visita los encantos y la historia de este pueblecito bañado por la Sierra Calderona, que el Cid ya escogió para pernoctar en su viaje a València.
Precisamente, la inclusión de esta localidad en el Camino del Cid, su declaración hace dos años como municipio turístico y su aparición en las principales guías turísticas del país han surtido efecto convirtiéndolo en uno de los pueblos más visitados durante la temporada estival en la comarca, con un incremento del turismo de un 100 %, tal y como revelaban el propio ayuntamiento, desde donde se destacaba también el aumento del turismo internacional como una de las novedades de este último año.
Pero más allá de las acciones en materia de promoción turística, Torres Torre es en sí mismo la clave del éxito: un lugar con mucho encanto y con rincones que merece la pena conocer.
Esta localidad alberga los baños árabes rurales mejor conservados de la Comunitat Valenciana, que están entre los diez primeros de toda España. Su edificio se conserva entero, al igual que todo su conjunto, con sus tres salas bien diferenciadas; la de agua templada, la caliente y la fría. Además, se puede apreciar el hipocausto, la leñera, las letrinas y sus completos vestuarios. Un recorrido por el siglo XIII que el consistorio ofrece de forma gratuita.
Junto a los baños se encuentran varios lavaderos de la época, encargados de suministrar agua a los mismos e incluso una antigua cisterna que estuvo activa hasta los años 80, de donde se dotaba de agua a toda la población.
Otro de los bienes patrimoniales de gran importancia es su castillo del siglo XI, fortaleza que sirvió al Cid para pasar la noche en su camino a la capital.
Otro de los secretos de Torres Torres es su casa modernista (s. XV-XVI), la más emblemática de la comarca, que perteneció al barón, a la familia Valterra, además de los vestigios de su primera iglesia, construida junto al castillo en 1270, que se destruyó para construir una nueva después, cuyas piedras de sillar dieron forma a la torre de la iglesia actual, aspecto que la dota de singularidad. A esta riqueza patrimonial se unen un entorno verde incomparable en plena Serra Caderona y una exquisita gastronomía.
