El pleno de Torres Torres ratificó ayer por unanimidad la dimisión del alcalde Rafa Gil, quien entregó la semana pasada su acta de concejal y anunció que abandonaba la política activa después de ser acusado de varios delitos, por los que se le piden 11 años de prisión.
Gil no acudió a la sesión y su lugar fue ocupado por el actual teniente alcalde, Vicente Cabo (PSPV) quien hará las funciones de presidente de la corporación hasta el nombramiento de un nuevo mandatario, cita que tendrá lugar transcurridos los diez días hábiles desde la celebración del pleno de ayer, tal y como recoge la ley.
En la sesión, también se dio cuneta de la renuncia de Gil a su acta de concejal y de la solicitud a la Junta Electoral de una nueva acta que ocupará el número tres del Partido Socialista, Tomás Martín Romero. Cabe recordar que el ya exalcalde se presentó como independiente en las listas del PSPV, aunque el partido lo expulsó tras su detención, lo que le llevó al grupo de los No adscritos manteniendo la vara de mando.
Tal y como se esperaba, el pleno extraordinario se desarrolló con total tranquilidad, sin ninguna intervención por pate de los grupos políticos. No se espera el mismo tono en la sesión de investidura del nuevo alcalde donde será decisiva el acta del nuevo concejal, ya que de no llegar a tiempo, todo apunta a que la alcaldía será para el Partido Popular al haber un empate de votos, que la ley resuelve con la lista más votada.
La otra posibilidad es que se nombre en el mismo pleno al nuevo edil, cuyo voto en la elección del mandatario podría dar al alcaldía al PSPV si se logra finalmente un acuerdo con Compromís, o a los nacionalistas que se aferran a que el PSPV cumpla con el acuerdo de 2015 de apoyar la lista más votada una opción menos probable.
