«Miedo e impotencia por verme obligado a pedir presencia policial, cuando mi forma de educar está basada en el respeto y la no violencia, pero también emoción, porque hemos conseguido movilizarnos para exigir protección». Así resume el profesor del colegio La Pinaeta de Sagunt su estado de ánimo después de que cerca de 200 personas secundaran ayer la concentración en señal de protesta por la agresión que sufrió al propinarle el padre de una alumna de 9 años un cabezazo en la cara.

Esta movilización puso el broche a una jornada en la que autoridades educativas, municipales y policiales se reunieron en busca de soluciones frente a un episodio que no es aislado, ya que es el tercero que se produce en un año y el sexto en los últimos cuatro cursos. Sobre los avances en este intenso día, tanto el director del centro como el profesor reconocen que «muy pocos y gracias al ayuntamiento, que pondrá policía a la puerta del colegio a la hora de la salida. Sin embargo -se lamentan- desde la Conselleria de Educación, que es para la que trabajamos y la que debería garantizar nuestra seguridad, nada, porque dice que no tiene herramientas. Lamentable, porque lo único que queremos es poder trabajar sin miedo».

Lejos de conformarse con esta situación, desde el colegio de Baladre van a impulsar una campaña de recogida de firmas «para que la conselleria se moje y nos proteja, al menos en los centros en los que hay suficientes antecedentes como para catalogarlos de conflictivos. Necesitamos mucho más apoyo del que nos brinda Educación, que se limita a decir que la protección no es cosa suya».

En esta línea, el profesor agredido asegura que después del incidente «intenté ir al trabajo con normalidad, pero solo pude aguantar hasta que la inspección educativa dijo que no se podía pasar por el centro hasta la próxima semana por problemas de agenda. Ahí me derrumbé y tuve que volver al médico. Solo después del revuelo que se ha armado -añade el docente de La Pinaeta- se interesó y pudo encontrar un hueco para venir al colegio».

Sobre la agresión, el docente explica que «la niña estaba montando lío, así que fuimos a buscar a sus padres para que entraran porque le íbamos a poner una sanción por escrito. La familia siempre había aceptado los castigos e incluso después de este episodio se disculpó, pero esta vez el padre, sin mediar palabra, me dio un cabezazo y empezó a insultar tanto a mí como al director». El hombre llegó incluso a amenazar a ambos con que iba a contratar a alguien para matarlos.

Mecanismos efectivos

En cualquier caso y como dejó patente ayer de forma expresa durante la lectura de un manifiesto a las puertas del colegio, el profesor apunta que «las quejas no van contra ninguna familia ni persona en particular, sino contra la Conselleria de Educación a la que exigimos que ponga en marcha de forma rápida y efectiva los mecanismos necesarios para acabar con estas situaciones y que nos podamos dedicar solamente a enseñar».

Sin embargo, lo único que se ha ofrecido desde el Consell es «ir contra el agresor, cuando eso es algo que ya está en manos de la Justicia, después de la denuncia que presentamos en la Policía Nacional».