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Informe genealógico

Los hijos adoptados de Segart

Un estudio revela que una de cada cinco familias del pueblo adoptó a un menor entre 1860 y 1930

Los hijos adoptados de Segart

La apuesta de un investigador local por realizar una base de datos genealógica del municipio de Segart a través del archivo parroquial ha sacado a la luz datos de relevancia histórica que permiten hacerse una composición de lugar sobre la forma de vida de los habitantes de este municipio de la Baronia.

Algunas de las curiosidades de este estudio, que está llevando a cabo José Ramón Carbonell, es el alto índice de adopciones de la época que acota entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Según este investigador, una de cada cinco familias en Segart adoptaba a un niño o una niña, «principalmente de la conocida Casa de la Misericordia de Valencia», apuntaba Carbonell, quien explica que era una práctica muy extendida en aras de la caridad. «Todo aquel que tenía dinero para poder alimentar una boca más, lo hacía», explicaba el investigador. Después, los niños adoptados trabajaban en «faenas del hogar», tanto en casa como en el campo y, de esta manera, se aliviaba el trabajo diario.

La mayoría de estas familias daba el apellido al recién llegado y lo acogía como uno más de la casa, pero también las hubo que no lo hicieron y los mantenían como mano de obra a cambio de alimento, cuidados y un techo donde dormir.

En Segart, las familias solían tener una media de cuatro a cinco hijos, un índice de natalidad alto, que contrasta con la alta cifra de mortalidad infantil, que según el investigador rondaba el 80 %. Entre las afecciones más comunes que llevaban a la muerte se encontraba el pasmo, la cangrena, la viruela, el cólera o un simple resfriado que se complicara.

Otro datos que llama la atención es el periodo de viudedad. Resulta curioso que en las mujeres de menos de 50 años éste fuera de poco más de año, lo que se conocía como pasar el duelo, puesto que la necesidad económica les obligaba de nuevo a desposarse para poder vivir medianamente bien, explicaba Carbonell, quien ha estudiado ya a decenas de familias de Segart en este proyecto que espera acabar este próximo año.

Quinque libri

Con este trabajo, el investigador persigue mostrar la forma de vida de una pueblo: su demografía, su economía, los sectores productivos, la natalidad, la mortandad, sus niveles de alfabetización, sus tradiciones y su cultura, entre otros aspectos. Para ello, se ha valido de los Quinque libri de Segart, custodiados en el archivo parroquial al que muy pocos tienen acceso.

Por ahora, el periodo estudiado comprende desde el 1860 hasta 1930, aunque el propósito del trabajo es continuar hasta finales del XX y comprobar la evolución que ha experimentado la localidad.

Además del archivo, se cuenta con el testimonio de vecinos que aportan sobre todo documentos gráficos y relatan las vivencias que les contaron sus antepasados.

El trabajo pondrá en contacto a muchas familias que mantienen lazos de sangre y que desconocen en la actualidad e incluso muchos de los vecinos podrán conocer datos de sus antepasados de los que no tenían constancia; como vivían o a qué se dedicaban. Historias que permanecen guardadas en decenas de documentos y que gracias a este iniciativa saldrán a la luz; toda una revolución para un municipio de poco mas de 160 habitantes, afectado por la despoblación, que un día se llamó Albalat de Segart.

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