En todas las poblaciones han existido personajes populares que forman parte de la historia cotidiana. Han sido testimonios de los cambios y de todo lo que pasaba en el pueblo. Este es el caso del que fue alguacil y cartero de Albalat dels Tarongers, Paco Valls Asensi.

Este trabajador municipal nació en el pueblo de Albalat el 26 de junio de 1930, de una familia trabajadora. Cabe decir que su padre formaba parte de una familia que procedía de dos lugares, Puçol y Gestalgar, y que fueron los que introdujeron en Albalat los oficios de barbero y practicante.

Su padre se llamaba Paco Valls Martínez y su madre Asunción Asensi. Tiene dos hermanos, Asunción y Jesús. En 1948, a los 17 años quedó huérfano de padre. Su familia, en un principio, vivía en la Plaza de Dalt, luego se trasladó a la plaza General Vives. A principios de los años 50, su familia puso una tienda de ultramarinos regentada por su madre, su hermana y él. Pronto conoció a la que años más tarde sería su mujer. Así el día 5 de agosto de 1959 contrajo matrimonio en la parroquia de Albalat con Teresa Bonet Esteve, de cuya unión nacieron sus hijos Francisco Octavio y María Teresa.

Con anterioridad, los nombramientos de alguacil y cartero fueron unos acontecimientos que cambiaron su vida. El 8 de junio de 1953 fue nombrado Cartero Rural de Albalat dels Tarongers, según consta en el archivo del ayuntamiento. Dicho nombramiento era con carácter de propiedad con la obligación de recoger el correo en la estación de Estivella, así como llevar el correo por la tarde a la misma estación para que el tren-correo lo transportara a Valencia para ser distribuido a sus respectivos destinos. También tenía la obligación de preparar el correo para ser recogido por el cartero de Segart.

El día 8 de julio de 1953, D. Julio Oliete Novella, jefe superior de administración civil del cuerpo técnico de correos y administrador principal de esta provincia, certificó que Paco Valls ha tomado posesión de Cartero Rural de Albalat con carácter de propiedad. También un documento del archivo del Ayuntamiento de Albalat decía así: «Siendo las diez horas del día 17 de Junio de 1953, previa prestación de juramento por parte del funcionario a que se contrae este nombramiento y levantamiento del acto, el Secretario usando de sus facultades reconocidas en el art. 34-3 del Reglamento de Funcionarios de administración, dio posesión del cargo de Alguacil de este Ayuntamiento, en propiedad, a D. Francisco Valls Asensi».

En sus 30 años de trabajo de alguacil dedicados al consistorio no solo hizo de memoria los bandos municipales en sus 13 puntos, unos bandos que pregonaban asuntos diversos: pagos, contribución, turno del agua para regar los campos, etc. Como trabajador municipal desempeñó diversas tareas en el pueblo como ayudar al secretario a poner al día el libro de actas y también el de cuentas municipales; volteaba la campana de madrugada para avisar que el turno de agua para regar los campos le correspondía ese día a Albalat; el día de la Sarpasa que tenía lugar en Semana Santa iba delante de la comitiva formada por el sacerdote y las autoridades diciendo: «Limosna al padre predicador».

Pero su tarea era muy diversa puesto que también se responsabilizaba de arreglar la tubería del agua del palmeral cuando sufría una rotura, reponía las bombillas del alumbrado público cuando había alguna fundida o rota. También se encargaba de llenar el depósito de agua potable situado en el Planet, etc.

Toda esta actividad la compaginaba con la recogida del correo y su correspondiente reparto al ser el cartero de Albalat. Paco, como era una persona activa, siempre la encontrabas en otros menesteres. Así también fue secretario del casino de Educación Descanso, miembro de la Junta de Club de Fútbol Albalat, también formó parte de aquel grupo que por los años 60 fue pionero al animar las fiestas patronales.

Sin embargo Paco, a pesar de ser persona responsable siempre al servicio del pueblo, tuvo que dejar en 1983 el cargo de alguacil. Vale la pena pasar página, pero el servicio que realizó en el pueblo fue de tal magnitud que merecía otro trato y por supuesto hizo un trabajo merecedor de un digno reconocimiento. Paco no tuvo ni horario ni calendario hasta el punto de que no tuvo vacaciones hasta que se jubiló. En 1994 se jubiló en el oficio de cartero, dedicándose a partir de ese momento a ayudar a sus hijos en la tienda de ultramarinos y al mismo tiempo ofreció sus servicios a la parroquia y el párroco le nombró sacristán, un servicio que dejó de hacer cuando las fuerzas ya no se lo permitieron.

Su trabajo aún pervive en la memoria de muchas generaciones de Albalat y en muchas personas de la comarca, ya que era todo un referente municipal.