Varias propiedades agrarias llevan soportando desde hace mas de una semana casi medio palmo de agua, lo que supone un alto riesgo para los frutales.

El riesgo de inundaciones que padecen los caminos, algunas partes de la núcleo urbano y varias propiedades ha obligado a tener que actuar a título particular despejando la gola de los sedimentos depositados mediante maquinaria pesada. En menos de cuatro días, esta pala ha tenido que retirar dos veces la grava de la desembocadura para facilitar la salida del agua del marjal, campos y caminos y evitar así que ésta llegara a las urbanizaciones.

Un problema que se repite demasiado a menudo y para el que se lleva reivindicando una solución desde hace más de una década. Pese a que la conselleria ya anunció que la instalación de una turbina en la gola estaría finalizada en marzo, todo apunta, según responsables municipales, que el proyecto ha vuelto a retrasarse por «cuestiones técnicas», lo que pone en cuestión que la administración autonómica pueda cumplir los plazos dados en el mes de septiembre, tal y como informó Levante-EMV.

Sin embargo, la retirada de sedimentos solo es una pequeña tregua, ya que en caso de temporal , la gola volverá a obstruirse en cuestión de horas. Un ejemplo es lo que ha sucedido esta semana, cuando ésta se limpiaba el pasado viernes y el martes fue necesario volverlo hacer.

La apertura de la gola no solo permite la salida del agua al mar sino también la renovación de éstas en el humedal, una necesidad tanto para la flora y la fauna que en ella habitan. Además facilita corrientes que favorecen la entrada de anguilas y lisas, tal y como han explicado los ecologistas.

Esta situación también ha generado acumulaciones de agua en el camí del Assagador donde ya han habido accidentes dada la falta de visibilidad, puesto que el agua impide ver los lindes de camino y varios coches son los que han acabado dentro del humedal. Para evitar de nuevo estos incidentes, el Ayuntamiento de Sagunt ha colocado un valla que prohíbe el paso de vehículos.