La costa saguntina está llena de contrastes y en constante cambio. Mientras la erosión va haciendo mella en la playa de Almardà donde las piedras ganan terreno día a día a la arena, convirtiéndola en intransitable en muchos de sus tramos, casi lo opuesto sucede en la playa del Port donde la acumulación de sedimentos ha dado lugar a nuevas dunas y en definitiva a una espectacular regeneración del cordón dunar, sobre todo en la zona más al sur.

Este último fenómeno natural ha supuesto un cambio en la calificación de este segmento de Costa en el Plan de Ación Territorial en la Infraestructura Verde del Litoral (Pativel), donde pasa de ser una playa urbana (U1) a ser una urbana restringida, a un paso de convertirse en una playa natural, según coinciden en señalar la concejala de Playas, Mónica Caparrós, y responsables de Acció Ecologista Agró.

Esta nueva situación implica una mayor protección de las dunas tanto con la reintroducción de especies como con su cercado, acciones que coordinan el ayuntamiento y el grupo municipal de voluntariado, la Colla Verda. Tal y como explican los ecologistas, el mantenimiento de las dunas es fundamental para impedir la intrusión marina y supone la plantación de vegetación para que las raíces contengan la arena frente a la erosión. Por otro lado, el aumento y la proliferación de dunas en el Port también protegerá el paseo marítimo tanto del agua como de la propia arena, añaden desde Agró.

Todo lo contario sucede en el Grau Vell, donde su segmento de playa se encuentra muy deteriorado a causa de la gran erosión fruto de la infraestructura portuaria, advierten desde Agró. Esta coyuntura no sólo ha afectado a la costa, con la desaparición de especies de flora y de fauna, sino que también amenaza al marjal dels Moros, catalogado como zona de especial protección de Aves (ZEPA), lugar de interés comunitario (LIC) y contemplado en el convenio Ramsar, del que forman parte los humedales de importancia internacional. La intrusión marina que padece puede llevar a cambiar su biodiversidad, de ahí que la conselleria construya diques de arena para evitar que el agua del mar penetre en este paraje.

Sin duda, una de las mejores playas de Sagunt desde el punto de vista natural es la de Almardà, catalogada por el Pativel como playa natural de especial protección (N1). Su biodiversidad y sus dunas, la convierten en la número uno de la costa saguntina, una valoración que contrasta con el cambio de fisonomía en los últimos años, cuando la piedra va comiendo terreno a la arena, situación que ha llevado a múltiples protestas por parte de los vecinos y de la propia administración local. Sin embargo, los ecologistas advierten que esto no supone un problema medioambiental dejando claro que es más preocupante «el retroceso que sufre», con un riesgo de afectación a la biodiversidad. Desde Agró señalan al puerto de Borriana como el principal responsable.