La muerte es algo que siempre nos intriga e incluso nos asusta un poco y recuerdo las palabras que nos transmitía nuestra amiga y compañera Blaia, a ella le asustaba y le preocupaba, era como si tuviera un mal presentimiento, la muerte no sabemos cuándo podrá llegar, ni los sentimientos que desatarán en nosotros al tener que dejar de ver a un ser querido como era Blaia.

Es un tema difícil de tratar, pero cuando este lamentable hecho toca nuestras puertas, debemos hacerle frente y asumir que la vida tiene muchas formas y que hemos aprendido muchísimo de esa gran mujer que nos dejó.

Ahora recorro tramo a tramo nuestros muchos acuerdos y también nuestros pocos desacuerdos y siento que nos quedan diálogos inconclusos, recíprocas preguntas nunca dichas malentendidas y bien entendidas que no podremos barajar de nuevo.

Es triste aceptar que te fuiste y que nos has dejado, pero es momento de recordar lo bien que nos trataste, nos cuidaste y muchas de las cosas que aprendimos contigo y de ti. Ahora nos cuidarás y nos guiarás desde donde sea que te hayas querido ir. Siempre contaremos con tu amistad y tus eternos buenos consejos que nos dabas a todos, ya fueran personales o colectivos, pero siempre estabas dispuesta a ayudarnos, porque tú eras así y sin obtener nada a cambio. Fuiste, eres y serás una muy buena amiga y gran persona, con un corazón que no te cabe en el pecho, primero los demás y luego tú, incansable, luchadora, trabajadora, con tus ideas claras, y esas ideas las llevabas hasta el final.

La vida te sorprendió y decidió que partieras y así llenar con tu felicidad otro espacio en el universo. Seguro que ahora donde esté seguirá teniendo la vocación de ayudar, aportar su visión que siempre es positiva. Blaia nunca olvidaremos lo que en algún momento de tu vida hiciste por nosotros, te has ido físicamente, pero gracias a tu ayuda incansable a cada uno de nosotros y nosotras tu recuerdo permanecerá vivo. Eras pura energía, incansable en tu lucha, una persona admirable y dedicada a sus amigos, familia, personas conocidas , desconocidas .. Estabas siempre presente en mil y una de tus pasiones.

Una de ellas, la batucada, y seguro que donde estés ya habrás montado una. Hazla sonar bien fuerte, porque nosotros aún parece que te escuchamos. También estarás montando alguna que otra asociación y estarás mareando a los de las motos, las amas de casa, algún que otro concierto, velando por los más débiles y un sinfín de cosas más.

Blaia te hemos querido homenajear como a ti más te gustaba y decirte adiós a ritmo de tambor, con una sonrisa, con alegría, y compartiendo tu ida con una gran fiesta.

Tu partida fue completamente inesperada, pero tu paso por nuestras vidas fue el regalo más grande que nos hiciste a cada uno de nosotros. Y hoy como no podía ser de otra manera, te queremos recordar a una sola voz,a un solo ritmo, con el ritmo de tu corazón.

Hasta siempre Blaia.