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Quartell insistirá en la urgencia de restaurar su «ruinoso» palacio

El ayuntamiento ha intentado sin éxito en varias ocasiones adquirir el palacio, que está en la lista roja Hispania Nostra

Estado en el que se encuentra el Palau de Quartell. provi morillas

Entre las propiedades que conserva el Conde de Faura en la zona de Les Valls destaca el Palau de Quartell, que oficialmente lleva por nombre el Palacio de los Condes de Faura. Edificado en 1741, el edificio cumple la tradición del gótico valenciano con un patio central alrededor del cual se organiza todo el conjunto.

Otras características del palacio es que su puerta principal es de piedra y con entrada suficiente para los carruajes, sobre la cual se sitúa el piso señorial y la andana, donde se ubicaba la cosecha recogida en los huertos de los señores para su conservación y para almacenaje de la seda. Al patio central se abrían las cuadras, la entrada al huerto del palacio y dos viviendas para el servicio. Por este mismo patio se accedía a la planta noble mediante una escalera circular con decoración típica valenciana, que hoy ya no existe.

Esta es la definición que la asociación Hispania Nostra ofrece sobre este palacio, que no cuenta con ningún tipo de protección y actualmente se encuentra en un estado de «abandono y proceso de ruina», que ha merecido su inclusión en la lista roja de patrimonio. Este dudoso honor, que comparte en El Camp de Morvedre con la iglesia de Benicalaf y el Castillo de Petrés, responde al riesgo de desaparición del edificio.

Hotel o escuela de hostelería

De hecho, el Ayuntamiento de Quartell lleva varios años intentando adquirir el palacio con el objetivo de proteger el edificio y convertirlo en un hotel y una escuela de hostelería o su cesión a la iniciativa privada para su explotación.

Ese era al menos el objetivo de la anterior corporación, ya que el actual alcalde, Pere Campos, reconoce a Levante-EMV que «ya tratamos de ponernos en contacto con el Conde de Faura, pero no fue un intento muy fructífero. El palacio está bastante mal y requiere una reforma completa, porque apenas se reforzó la fachada y se colocó una malla de protección». Campos admite que, si se consiguiera la titularidad municipal del edificio, «se le podría dar varios usos muy interesantes, pero tampoco hemos trabajado en el proyecto».

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