"Pasamos mucho miedo en Estrasburgo. Había gran confusión e instrucciones contradictorias". Así resumía el periodista del Port de Sagunt Paco Quiles las horas más de siete horas que pasó atrapado ayer en dos lugares de esta ciudad francesa a raíz del tiroteo que dejó tres personas muertas y 12 heridas.

Pese al susto, Quiles aún daba gracias de "haberse entretenido esa tarde en hacer unas fotos" pues, según explicaba, su alojamiento está "justo al lado" de donde se produjo el sangriento ataque. "Menos mal que no fui allí a la hora de costumbre, porque no se sabe qué podía haber pasado. Según me ha explicado un amigo, fue tremendo. Al principio, la gente no se asustó porque no creía que serían tiros, pero luego la gente empezó a correr, a esconderse en restaurantes, comercios o a tirarse al suelo€ Algo muy angustioso", decía este excolaborador de Levante-EMV que, desde hace meses, trabaja en el Parlamento Europeo.

Quiles admite que su presencia en Estrasburgo era totalmente casual, ya que sólo había ido allí desde Bruselas para cuatro días por cuestiones de trabajo. Sin embargo, ahora, difícilmente olvidará lo ocurrido este martes. "Como todo el centro estaba cortado y lo estaban evacuando, no nos dejaban pasar a nuestro piso. Al enterarnos cuando íbamos de camino hacia allí, intentamos buscar refugio. Primero estuvimos en una cafetería una media hora, hasta que nos tiraron porque decían que cerraban. Preguntamos en un restaurante pero nos dijeron que no tenían sitio para cenar, que esperáramos fuera, a pesar de que les dijimos que era para escondernos. Seguimos buscando un escondite en dirección opuesta al centro. Finalmente vimos a un matrimonio entrar en una finca y les pedimos que nos dejaran entrar para escondernos al portal", explica.

De esta manera, allí estuvo en el portal con unas siete personas durante unas cinco horas. "Nos bajaron agua, fruta y algo de comer y hasta nos dejaron usar su baño, pero pasamos mucho frío", apunta. Transcurrido ese tiempo, volvieron al Parlamento Europeo, donde estuvieron dos horas y media más. "Hubo algunos que acabaron durmiendo allí por los sofás pero, al ver que ya se podía acceder al centro, decidí ir al piso. Estaba todo lleno de policías, algunos con metralletas, y daba impresión", contaba mientras volvía a mediodía al Parlamento, sin olvidar la gran confusión que vivió esa madrugada "por ejemplo, cuando al llamar al Consulado pasadas la 1 de la madrugada nos dijeron que ya podíamos volver al centro, pero el Parlamento nos recomendó poco después que no lo hiciéramos".

Quiles admitía haber tenido pesadillas y que la ciudad aún intentaba reponerse. "Hoy nos han dejado incorporarnos más tarde, porque de normal de 8,30 a 9 horas ya estamos allí. Por ahora, se ven menos turistas de lo habitual, algunos comercios cerrados y el mercadillo navideño cancelado, pero como se cree que el terrorista ha huido, la gente está intentando hacer vida normal, dentro de lo fuerte que ha sido todo", afirmaba.