ArcelorMittal anunció ayer la aplicación de un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de siete días a 1.624 trabajadores ante la «incertidumbre económica» provocada por varios condicionantes, según fuentes de la multinacional.

El ERTE se aplicará los días 18 y 25 de enero, el 1 y el 15 de febrero y el 1, el 15 y el 29 de marzo en las plantas de Asturias, Echébarri (Vizcaya), Lesaca (Navarra) y Sagunt.

Las causas, según las mismas fuentes, son el elevado nivel de importaciones en la UE, como el incremento sustancial de acero proveniente de Turquía, y la baja de demanda del sector del automóvil.

También ha pesado en la decisión de ArcelorMittal la incertidumbre económica derivada del brexit, la guerra comercial y los presupuestos Italia, así como el incremento de costes vinculados a los derechos de emisión de la CO2.

«El automóvil está sumido en una crisis galopante y nuestra producción depende en un 90 % de este sector, así que, entre las medidas adoptadas para minimizar el impacto de esta situación, se encuentra reducir al máximo las contratas». Así justificaban desde ArcelorMittal hace tres semanas la «finalización de contratos, que no despidos, de la gente que no es necesaria», entre la que se encuentra más de una veintena de los 29 empleados de Serpusa que presentaron el pasado verano una demanda por una supuesta cesión ilegal de trabajadores.

La planta de Sagunt prevé «reducir la temporalidad, aunque no en su totalidad». Además, desde hace un tiempo se redujeron los equipos de producción de cinco a cuatro y no se descarta bajar hasta tres.