El marjal de Almardà en Sagunt está siendo objetivo de varios pescadores furtivos. En menos de quince días se han detectado dos redes nasas para la pesca de anguilas y peces de menor tamaño. Estas trampas han sido colocadas en el canal de agua que atraviesa el humedal, en dos zonas bien diferenciadas. Una en la más próxima a Les Valls y otra más cera del centro de interpretación y educación ambiental, la Casa Penya; en ambos casos dentro de la reserva de fauna, donde está totalmente prohibido este tipo de prácticas.

Estas redes-cebo amanecieron repletas de especies. Según ha podido comprobar Levante-EMV, en una de ellas se han llegado a contabilizar hasta 12 anguilas de gran tamaño, un pescado que no se cotiza barato en el mercado con precios que rondan desde los 20 a los 30 euros el kilo, en el caso de ser de piscifactoría, tal y como adelanta el sector.

Las nasas fueron descubiertas por miembros de Acció Ecologista Agró, quienes custodian la Casa Penya y ayudan en la gestión del humedal. La detección se produjo durante las visitas que el colectivo realiza a diario por la zona, y una vez descubiertas las trampas, devolvieron los peces al agua.

Éstos sospechan que los que instalaron las redes son pescadores que conocen perfectamente el humedal y saben dónde hay mayor población de anguilas.

El colectivo relacionaba este episodio con el robo de dos nasas que padecieron el año pasado en la Casa Penya, aunque han negado que éstas fueran las que los cazadores furtivos han utilizado para pescar en esta ocasión.

Los ecologistas ya han puesto en conocimiento de los agentes medioambientales lo sucedido y ahora solicitan a la conselleria que aumente la vigilancia en la zona, tal y como ha adelantado a este periódico uno de los portavoces de Agró, Enric Amer. «Queremos que se incremente la presencia de agentes en el marjal para evitar este tipo de prácticas».

Consecuencias importantes

El colectivo recuerda que la pesca de la anguila está muy regulada e insiste en que es ilegal poner este tipo de trampas en una reserva de fauna. «Las zonas protegidas están para preservarse y respetarse, si no se hace, las consecuencias medioambientales pueden ser importantes», afirmaba Amer.

El portavoz de los ecologistas explicaba que éste es un buen año de anguila y que el marjal presenta una población muy interesante de la especie, un pescado que indica la buena calidad de las aguas y que demuestra que va habiendo una regulación hídrica natural con conexión con el mar.

Precisamente, para que este ciclo natural se siga produciendo considera «urgente» una solución en la gola, que permita la salida de agua dulce al mar y la entrada de salada, que aporta angulas, anguilas y lisas al humedal, especies que son parte de su fauna. Ante esta situación, recuerdan que pescar donde está prohibido puede alterar la biodiversidad de este ecosistema.