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Colonias Felinas denuncia «acoso» a sus voluntarias

Afirma que cuidadoras de gatos en Canet son amedrentadas tras la nueva norma, ya aplicada antes de tiempo Corresa lo ve «intolerable»

Cartel Canet. Levante-EMV

La Asociación Colonias Felinas ha denunciado en Levante-EMV el «acoso» que padecen las voluntarias que atienden a los gatos en Canet. Desde la asociación aseguran que algunas de ellas «están siendo a diario amedrentadas y perseguidas, en su tarea de dar de comer a los gatos de la calle, por unos individuos que, en compañía de sus perros, las acosan para que dejen de atenderlos». A estas prácticas se añaden otras muy concretas «de un vecino con nombre y apellido» que «tira los cacharros de agua y comida de las colonias que atienden las voluntarias de Colonias Felinas». Acciones que desde la asociación han calificado de «maltrato animal y acoso», por lo que piden al ayuntamiento que tome medidas y que expediente a los responsables.

Para la asociación, tras el anuncio del ayuntamiento de la nueva ordenanza de tenencia de animales y cuidado de gatos callejeros, «los enemigos de los gatos se han envalentonado y las voluntarias que atienden a los gatos se han acobardado, ante la amenaza de multa». Colonias Felinas recuerda que esta ordenanza «aún no ha superado el preceptivo trámite de información pública, a efectos de alegaciones (aun no se ha publicado en el BOP), y, por lo tanto, no está aprobada definitivamente y no ha entrado en vigor». Por eso, recrimina al consistorio que haya colocado carteles «amenazando con sanciones de hasta 750 euros a los que no recojan las heces de sus perros o den de comer a los gatos, aprovechando la Ordenanza de Limpieza Pública y Recogida de Residuos». Una conducta que, a su juicio, genera «inseguridad jurídica» y «cuanto menos es un insulto a la abnegación de las cuidadoras de gatos callejeros», para las que solicitan el carnet de voluntarias que el ayuntamiento les prometió y que «siguen esperando desde hace un año».

Respecto a la ordenanza, Colonias Felinas ve bien la medida de delimitar determinadas zonas para dar de comer a los animales como recoge la ordenanza pero recuerda que «los gatos son territoriales y, por lo tanto, resulta difícil trasladarlos de hábitat», un periodo de adaptación y cambio para el que se requeriría como mínimo seis meses, por lo que solicitan una moratoria de la medida durante este tiempo.

Por último, la asociación desmiente que los felinos generen un problema de insalubridad como desde el consistorio se ha asegurado, añadían. «La insalubridad está en los solares y parques que ellos frecuentan, llenos de residuos e inmundicias».

El edil de Medio Ambiente, Rafa Corresa, ha condenado los acosos. «porque tanto de un lado como del otro son intolerables». Sin embargo, recuerda que « hay una ordenanza que prohíbe dar de comer a los gatos en la calle y hay que cumplirla», añadía.

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