Meticuloso y comprometido, Buenaventura Navarro ha sacado a la luz no sólo datos. También muchas biografías de personas anónimas que han tejido la historia del Port de Sagunt.
¿Cómo ha recibido la concesión del premio?
Con alegría. Bien es verdad que en realidad debería trocearlo, como mínimo, en 370 partes para repartirlo entre todas las personas entrevistadas en este proyecto historiográfico sobre Puerto Sagunto. Sin olvidarme de todos los Archivos y Centros visitados para consultar documentación. Lo positivo de mi tarea ha sido ser cosechador de tanta bondad y generosidad con la que me he encontrado. Para todas esas personas está dedicado este premio.
¿Qué supone para usted?
Un estímulo para perseverar en nuestro compromiso con el estudio de la historia, y por ello con la sociedad. Frente a la ignorancia de la que nos querrían hacer inquilinos permanentes los que detentan el poder, para vendernos sus consignas, y en especial de los que hacen un uso amoral del mismo, debemos persistir en nuestro derecho de saber, aprender y crecer cada día sobre el conocimiento.
¿Cree que en la memoria industrial y en el movimiento obrero aún hay muchos temas sobre los que investigar?
Vamos avanzando sobre lo que conocemos, pero siempre surgen nuevas cuestiones. No sabría decir cuántas. Además, está pendiente de realizarse el definitivo inventario de los fondos documentales del Archivo Histórico Minero Industrial, y así acceder a estudiarlos en su totalidad, lo cual nos puede deparar algún nuevo tema, o ampliar otros o clarificar alguno.
¿Tiene usted entre manos algún otro trabajo en esta línea?
Siempre estoy pensando en ello, en nuestra historia y en sus protagonistas, los conocidos y los casi anónimos. Me entristece la temprana desaparición de una figura emblemática como Juan Miguel Campoy, piedra angular para acercarse al estudio de la llamada reconversión industrial de los 80. Con quien habíamos comentado para abordar esta cuestión con su generosa ayuda de una manera más profunda. Vaya nuestro cariñoso recuerdo a su memoria.
¿ Qué opina del estado del patrimonio industrial del Port de Sagunt?
Solamente diré dos cosas. Por una parte, hemos de impulsar y acabar lo que está a medias y pendiente, por ejemplo: Poner en marcha ya el ascensor del Horno Alto. Acabar las obras y poder abrir pronto nuestro Museo. Dotar al Archivo Histórico Minero e Industrial de una sede digna y catalogar definitivamente sus fondos para ponerlos al alcance de los investigadores... Un lugar que podría ser idóneo y sin necesidad de grandes inversiones es el actual edificio de la tenencia de alcaldía, que nació como Academia de Enseñanza Media. Si se acaban de trasladar sus servicios municipales al las antiguas oficinas de AHM, quedaría libre y prácticamente casi para empezar a inventariar. Y por otra parte, mirarse con otros lugares con museo industrial o patrimonial, para aprender de ellos lo mejor.
