Sagunt ha contribuido desde sus orígenes hace más de 2.500 años a la construcción de la identidad europea a través del comercio y los conflictos bélicos, como el asedio del general cartaginés Aníbal que desencadenó la Segunda Guerra Púnica contra Roma, la Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas o la Guerra Civil, con brigadas internacionales en la defensa contra las aviaciones alemana e italiana.
El reconocimiento de esa condición de cuna de la cultura europea es el principal objetivo del plan estratégico para obtener y conservar el Sello de Patrimonio Europeo, un camino que el ayuntamiento inició hace meses y desembocará dentro de un año con el anuncio por parte de la Comisión Europea de los nuevos enclaves que merecen el sello.
Esta distinción, con la que ya cuenta una treintena de lugares de interés y solo dos españoles, la Residencia de Estudiantes de Madrid y el Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona, señala hitos en la creación de la Europa de hoy, que simbolizan la historia, la integración, los ideales y los valores continentales desde los orígenes de la civilización hasta la actualidad, un perfil en el que Sagunt encaja perfectamente.
Y es que la capital comarcal, desde que fuera ciudad íbera y comerciara con cerámica, tejidos, vino o aceite, hasta el siglo XXI, en el que su puerto está a la cabeza en el tráfico de productos siderúrgicos y vehículos, pasando por la Edad Media con aguardiente y artesanía, simboliza un cruce de culturas y transmisión de valores sobre esta base comercial como factor de integración e intercambio de ideas económicas, sociales y culturales.
Pero este proyecto para la obtención del Sello Europeo no se limita a señalar los antecedentes históricos que demuestran la relevancia de Sagunt en el desarrollo de la identidad europea, sino que recoge una serie de acciones relacionadas con este patrimonio para estrechar los lazos entre la ciudadanía y la Unión Europea, con especial atención a los jóvenes, la educación, las desigualdades de género, la creatividad, la participación y la accesibilidad universal.
Aunque la concesión de este sello no va aparejada con ninguna inyección económica automática, tanto la difusión como el prestigio que comportan su obtención son suficientes para recabar apoyos públicos y privados que garanticen la conservación del sello durante los próximos años mediante el desarrollo de las actuaciones previstas. Prueba de la exigencia en el cumplimiento de este programa es que enclaves como el cabo Finisterre o el Monasterio de Yuste perdieron el sello después de haberlo obtenido.
Superado ya el filtro del Consejo de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, que avaló el proyecto de Sagunt, las actividades presentadas incluyen experiencias didácticas que ya se desarrollan como los Ludi Saguntini, que reunen en torno a la cultura clásica a miles de estudiantes durante una semana, o el aula Domus Baebia; intervenciones en el patrimonio como el antiguo puerto, la adaptación de una alquería como albergue juvenil o el legado industrial, así como promoción del turismo sostenible y el medio ambiente.
Con «méritos de sobra» para obtener el sello
«Sagunt tiene méritos de sobra para obtener el Sello de Patrimonio Europeo». Así valora Joan Calabuig, delegado del Consell para la Unión Europea, el proyecto para conseguir este distintivo, que «tiene gran potencial por lo que simboliza la ciudad y por el trabajo realizado por los promotores. Sagunt es parte esencial de la memoria y de la identidad europeas -añade- y su candidatura tiene el respaldo, el empuje y el favor del President Puig y el Consell».
