Los pescadores furtivos han vuelto a aparecer en el marjal de Almardà pese al incremento de vigilancia de los agentes medioambientales.
Los voluntarios y trabajadores del centro de educación ambiental de la Casa Penya encontraban de nuevo esta semana otra nasa repleta de pescado en la microrreserva de fauna del humedal. Cerca de 60 kilos de lisas se han podido contabilizar en esta especie de trampa que se suele utilizar para la pesca de anguilas y especies más pequeñas.
En menos de un mes se han producido tres intentos de pesca furtiva en esta zona protegida donde está totalmente prohibida esta actividad.
Los hechos ya fueron denunciados por parte de Acció Ecologista Agró a la Conselleria de Medio Ambiente hace poco más de una semana, una petición que obtuvo una rápida respuesta ya que el mismo día, la administración autonómica reforzaba la vigilancia en la zona para evitar otro episodio de este tipo. Sin embargo, ha pasado poco más de una semana y los furtivos lo han vuelto a hacer, han colocado otra nasa en la microrreserva, en el mismo canal donde se encontraron las dos anteriores, a pocos metros de distancia. La diferencia está en que la mortandad de peces ha sido mayor esta vez, lo que se ha lamentado desde Agró, quienes critican «la impunidad» que rodea a este tipo de acciones y a sus autores.
Profesionales
Respecto a la investigación, todo apunta a que estas trampas en el marjal estén siendo colocadas por «personas que entienden. Las nasas hay que saber dónde encontrarlas y colocarlas y esto no lo sabe un pescador cualquiera». Por otro lado, se sospecha que la persona o personas que las han colocado «conocen perfectamente el humedal». «Aunque la zona donde se han detectado las trampas es bastante accesible desde la avenida Europa de la playa, en estos momentos toda esa superficie tiene dos metros de agua, donde no es fácil moverse además de los riesgos,que entraña, lo que apunta que quien lo hizo sabe del terreno», explicaban desde Agró.
Los ecologistas aseguran que «los vamos a pillar. Los agentes medioambientales se han tomado el tema muy en serio y ya cuen- tan con bastantes pistas y testigos, por lo que les va a caer una buena multa».
Además de denunciar la situación, el colectivo quiere concienciar y sensibilizar sobre la necesidad de que haya vida en los canales del humedal, necesaria para la cadena trófica de estos ecosistemas.
