Un clásico de la literatura universal, danza contemporánea, arte, creatividad y experimentación personal conforman la apuesta educativa de Faura con su particular «Odissea». Se trata de una producción del Área de Cultura del ayuntamiento y el colegio público Sant Vicent Ferrer bajo la dirección de Alexsandro Guerra, un experimentado bailarín que junto con Pere Bodí ha querido descubrir las potencialidades de la danza contemporánea en la educación.

Los 36 estudiantes de sexto de primaria participan en este proyecto experimental que aúna literatura, arte, danza, interacción social y conformación de la expresión corporal personal. Alexsandro Guerra dinamiza las sesiones de modo que los participantes, como bailarines profesionales, tendrán que trabajar desde el caos a la concreción de la expresión propia. «Intento que cada jornada sea una experiencia, no buscamos la repetición coreográfica; no buscamos el hacer sino el ser», explica a Levante-EMV.

Caminar de la mano de Homero permite convertir esta experiencia en una búsqueda en sí misma. Ulises y su necesidad de volver a Ítaca contrastada por su deseo por descubrir lo desconocido dinamizan la experimentación del alumnado de Faura que se convierte en todo momento en protagonista.

La apuesta dramática pasa por crear un viaje continuo en el que todos tienen su propia experimentación. «Partiendo de la idea de que la experiencia se convierta en un viaje y tomando consciencia de la necesidad de Ulises de volver a casa, tomamos nuestro cuerpo como Itaca, la primera casa. Conocemos todo desde nuestro cuerpo, nuestro yo en diálogo con el otro. Este es el punto de partida», comenta.

La elaboración del vestuario, decorados, iluminación o ambientes dramáticos se concibe desde el compromiso con el medio ambiente. «No todo pasa por comprar y tener. Optamos por materiales de desecho para la construcción de nuestro espacio escenográfico. Nuestra apuesta por el reciclaje no es exclusivamente compromiso medioambiental; ya que además los elementos dramáticos son también parte de la apuesta de experimentación-aprendizaje. Optamos por sugerir y no recrear, nuestro punto de partida es el del arte contemporáneo, el que apunta a la creación, que sugiere y deja abierta la interpretación del receptor».

«Hemos visto la evolución de los bailarines; llegan a las sesiones con el deseo de participar; han entrado al cien por cien en la propuesta y vemos claramente la labor inclusiva de la danza y la experimentación corporal. Desde los más extrovertidos a los más tímidos, las más expresivas o calladas; todos quieren tener su espacio en el gran barco que conforma esta apuesta escénica», dice Pere Bodí.

El baile mucho más allá de la uniformidad abre las puertas a la conformación del propio yo. Así, el alumnado está experimentando un proyecto único que impulsa no solo su competencia artística, sino la social, comunicativa, literaria y su creatividad.