La esperanza de que la campaña de naranja fuera mejor que la de mandarina en El Camp de Morvedre no se ha cumplido. Lejos de esto, los bajos precios y la búsqueda de calibre se han mantenido mientras variedades antes apreciadas como la navel-late se han quedado este año sin recoger en muchos campos «porque ha madurado más y el comercio no la ha querido».
Así lo aseguraba a Levante-EMV el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores AVA-Ascosa Sagunto, Francisco Campillo. «Pensábamos que con las mandarinas tardías y con las naranjas podríamos recuperar algo, pero no ha sido así. En general, se ha vendido a la mitad de la mitad de precios de 2018».
Uno de las peorpes situaciones la han vivido los propietarios de campos con «ortaniques», unas mandarinas tardías que se están pagando entre 1 euro y 1,25 euros la arroba; una cantidad de entre 0,8 y 0,10 céntimos el kilo que no cubre ni la mitad de lo que cuesta sólo poner en producción el campo.
Al comparar con los precios de 2018, ninguna variedad ha llegado a esas cifras pues la apreciada naranja Powell también se ha pagado a 3 euros la arroba que están lejos de los 5 de 2018.
Las de autor, las más cotizadas
Las que más cerca han estado de aquellas cantidades son dos clementinas tardías y de autor, por las que en su día había que pagar «royalities»: La «Orri», que se paga ahora entre 0,70 y 0,80 el kilo frente al 1,20 euros del año pasado y la Nadorcott gestionada en España por el Club de Variedades Vegetales Protegidas, por la que este año se han abonado entre 0,50 y 0,60 euros el kilo frente a los 0,80 y 0,90 del año anterior, siempre según las cifras facilitadas por el presidente de AVA- Ascosa en Sagunt.
Esta situación a su juicio, «no se ha conocdio en 50 ó 60 años. Es un desastre auténtico de campaña.Se empezó mal, con variedades de mandarina tempranas como la PRI 23 y la Oronul ya baratas. Pero es que luego la marisol y la cluemenules acabaron con campos sin cogerlas. De hecho, sólo los que vendieron al principio las clemenules lograron algo medio decente, al obtener 3 euros por lo que el año pasado sacaban 4, porque después mucha se ha quedado en el árbol por coger».
Esa falta de rentabilidad ha hecho, según Campillo, que muchos propietarios sigan «cerrando el grifo del agua» para no tener más gastos; un hecho que, según reconocía, «es difícil de contabilizar», ya que a menudo «ni siquiera se comunica al Sindicato de Riegos, pues tú sigues obligado a pagarle».
A este malestar por los bajos precios en el campo «que no cubren ni para gastos», el presidente de AVA-Ascosa en Sagunt sumaba la impotencia del sector, al ver que desde Europa se ha rechazado la cláusula de salvaguarda sobre las importaciones de cítricos, como sí se hace sobre otros productos como el arroz. «Aquí hay mucha hipocresía entre los políticos. Algunas hablan de apoyar el sector, pero no hacen nada. Y aquí sigue entrando naranja a la que no se exigen ni la mitad de medidas sanitarias que a la nuestra. No puede ser».
Por todo esto, desde la asociación se ha confirmado que apoyarán la manifestación prevista para este mes en Valencia, donde el sector volverá a reclamar medidas urgentes por su supervivencia. «De esta forma se quieren culminar las protestsa realizadas en muchos municipios durante los últimos meses. Es algo que no organizamos nosotros, pero nos han invitado a apoyarlo y lo vamos a hacer. No podemos seguir así».
