Las fallas de El Camp de Morvedre fueron pasto de las llamas en una cremà que marca el final de un ejercicio y el principio de otro. Pero quien, sin duda, ha vivido un año muy especial ha sido la Fallera Mayor de la Federación Junta Fallera de Sagunt (FJFS), Paula Marrón, a la que aún le quedan unos meses como máxima representante de estos festejos.
«Mi balance se basa en dar las gracias a la gente, porque, donde he ido, me han demostrado lo que significa la figura de la Fallera Mayor. De estas fallas me quedo, sin duda, con quienes me han acompañado durante el año y han culminado conmigo la semana grande», afirma Paula, mientras destaca tanto a su compañera de reinado, Inés Miret, como a su Corte de Honor y a la directiva de la FJFS.
La máxima representante de las fallas de El Camp de Morvedre agradece, además, la labor «de las personas que ayudan a que nuestra fiesta sea la mejor del mundo: ayuntamiento, policía, bomberos, servicios de limpieza, etc., y a los falleros y ciudadanos por disfrutar con respeto y libertad. Me enorgullece que no tuvimos altercados graves durante la semana grande».
Paula Marrón valora positivamente las novedades de este año: «Todas, con el cariño que se han organizado, suman a nuestra fiesta y convierten a las fallas en una celebración de arte, cultura, fuego, pólvora y sentimiento. Gracias a esta fiesta se mantienen vivos sectores como el de los artistas, las pirotécnicas o los indumentaristas. Las fallas poseen un gran impacto. Me han parecido actos que nos han acercado a los vecinos, y eso es bonito, crear planes alternativos para que la gente disfrute y acabe enamorándose como nosotros, los falleros, de la fiesta».
A pesar de que uno de los actos que más esperaba era la entrega de premios, ahora reconoce que «durante el año hay una gran cantidad de actos que vives con muchísimas ganas e intensidad». Para la Fallera Mayor de la FJFS, los más impactantes fueron la Exaltación en el Teatro Romano, «por la solemnidad y la ilusión de conseguir la esperada banda», y la Crida, «porque fue impresionante, un momento que toda fallera sueña, pero, cuando subes las escalinatas de la Tenencia y te presentas ante los falleros y la gente que está ahí abajo, es una sensación de muchísima emoción, de orgullo como valenciana, fallera y mujer».
Este amplio programa festivo es algo que Paula Marrón no cambiaría. «Es imposible quitar o modificar algún acto. Todos tienen su esencia y de cada uno sacamos experiencias inolvidables. Como Fallera Mayor, es muy bonito conocer fiestas, lugares o sectores que no te habías parado a conocer. Por ejemplo, compartir actos con las casas regionales nos ha enseñado a disfrutar de sus tradiciones».
