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"Tenemos miedo. No podíamos seguir viviendo allí"

Un afectado por los robos recientes, que ya vivió otro hace meses en el que fue apalizado, decide irse del lugar

Uno de los vecinos afectados por uno de los recientes robos en Penya Llisa ha abandonado su casa y se ha marchado a vivir con su madre. «Tenemos miedo. No podíamos seguir viviendo allí», afirmaba a Levante-EMV. Este propietario que residía con su pareja ya sufrió hace unos meses otro asalto a las puertas de su casa donde le quitaron todo el dinero que llevaba encima, la recaudación del día de su negocio, propinándole una fuerte paliza que le llevó hasta el hospital con tres fracturas de pómulo.

De esto le costó mucho recuperarse y cuando ya estaba mejor, el pasado domingo, volvió a sufrir otro robo, con el que se llevaron las joyas de la caja fuerte, valoradas en más de 20.000 euros y 17.000 euros en dinero. Esta vez no estaba en casa pero pudo ver, a través de la señal que le enviaron las cámaras de seguridad a su móvil, cómo los ladrones entraban en su domicilio. «Esa misma noche me tuve que ir, no me pude quedar en esa casa», contaba.

Este vecino asegura sufrir un grado de discapacidad que le limita. «Soy una persona vulnerable y con esta falta de seguridad no se puede vivir. Aquí no nos cuida nadie», decía a Levante-EMV respecto a la falta de vigilancia.

El afectado explicaba cómo se había acondicionado la casa a sus necesidades, con espacios amplios para garantizar su movilidad. «La compramos para ser felices y se ha convertido en un infierno», admitía. Así, asegura sentirse como un «ciudadano de segunda. Pagamos como todos y aquí nadie vela por nuestra seguridad. Yo no puedo quedarme solo» por lo que se ha visto obligado a irse por temor a que estos hechos vuelvan a producirse.

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