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Los Campeones de acero

?El equipo inclusivo del CD Acero ha convertido el gran ambiente de vestuario en su principal fortaleza

Los Campeones de acero

El CD Acero ha emprendido esta temporada una iniciativa ejemplar con la creación del primer equipo inclusivo de fútbol de la ciudad. 20 jugadores de una media de 23 años disfrutan, conviven, aprenden, hacen deporte y sobre todo, dan una lección de humanidad e inclusión a cualquiera que pase por el Fornás un jueves por la tarde. Esta historia tiene como protagonistas a Erica, Román, Rubén Roberto, Javier, Jaime, Fernando, Jonathan, Ricardo, Adrián, Daniel B, Jorge, José Ramón, Francisco, Kamal, Salah, Sif, Abdala, Juan Carlos, Daniel y Kevin, que se han convertido en los Campeones del CD Acero.

Es jueves por la tarde y, como un equipo más de la base, ocupan parte del campo del Fornás. Siguen atentos las indicaciones de Nacho, se preocupan si algún compañero sufre un balonazo y tienen prohibido tirar muy fuerte, porque la intención no es hacer daño, sino disfrutar en grupo.

Nacho es el entrenador. Con empatía, cariño, y poniéndose serio cuando toca, dirige al equipo inclusivo del CD Acero. El míster explica que todo surgió de un torneo que se jugó en la ciudad y del interés que puso el club y el Ayuntamiento de Sagunt en impulsar un proyecto así. Nacho enseña técnica, táctica y, como preparador físico, también trabaja la psicomotricidad. Pero, sobre todo y lo más importante, «aprenden valores, respeto, disciplina y compañerismo. Y no solo ellos, a mi, a todo el cuerpo técnico y al club en general nos dan grandes lecciones de solidaridad».

El equipo inclusivo lo forman chicos y una chica con discapacidades físicas, psíquicas, con casos de autismo y epilepsia: «Empezaron siendo 5 o 6 tras contactar con sus centros, pero el boca a boca, debido al gran ambiente que se respira en el vestuario, nos ha llevado a tener 20 jugadores en plantilla», explica Nacho.

Inclusión es la palabra clave de esta historia, porque los chicos no solo conviven con otros jóvenes con capacidades especiales, sino que hay tres 'entrenadores-jugadores' de la escuela rojiblanca, que ayudan al míster y, durante los partidos, juegan con ellos, con la única norma de no poder marcar: «Elegí a Diego Rosado, Guillermo Guillen y Tono Mellado, porque sé que, además de grandes entrenadores y futbolistas, son buenas personas. Forman parte del equipo, me ayudan y están integrados. Lo más importante para nosotros es que los chicos del equipo se sientan como uno más. Realizamos dinámicas como en el resto de la escuela con entrenamientos de una hora. Trabajan lo mismo que cualquier categoría de la base del Acero, porque para nosotros son un equipo más de la cantera». Este nuevo conjunto no solo ha demostrado la solidaridad dentro del grupo, sino de todo el club, con los jugadores de Tercera a la cabeza al regalarles equipaciones deportivas, y la ciudad: «Hay colaboradores -como Discamp y Socoltie- y actualmente los chicos solo están pagando 12 euros del seguro».

Crecer desde la convivencia

El equipo ya ha jugado una quincena de partidos, pero los resultados son lo de menos. «No sé ni como vamos. A ellos les intento transmitir que es nuestro primer año y estamos aprendiendo, ya seremos más competitivos y ambiciosos. Para ellos es importante ganar, pero lo que más ilusión les hace es que la gente venga a verles jugar. No queremos renunciar a la competición, pero este año tenemos otros objetivos más importantes, como su desarrollo físico y mental conviviendo con otras personas. En los centros están un poco más limitados, aquí crecen juntos y conviven como uno más», sentencia Nacho.

La irrupción de este equipo inclusivo ha sido un soplo de aire fresco para todo el club y el propio entrenador cuenta que «los padres de un jugador me dijeron que su hijo había vivido más en este año en el CD Acero, que en los 18 anteriores. Eso a mi me llena. Además, los niños más pequeños de la base, que antes miraban nuestros entrenamientos con sorpresa, ahora quieren a los chicos, que son muy cariñosos y se han hecho querer en el club».

Nacho agradece también «el esfuerzo de los padres que les acompañan a partidos y eventos como la Gala del Deporte de Sagunto, en la que recibieron un premio que les hizo mucha ilusión». Uno de sus jugadores, Rubén, interrumpe al míster para contar que le entregaron el galardón a él y lo devolvió, porque «aún no me he ganado nada, quiero ganármelo con mi esfuerzo y dedicación».

Erica es la única chica. Ella no tiene miedo de jugar con los chicos y desmonta un mito con respecto a los equipos mixtos: «Desde pequeña me gustaba el fútbol y aquí me dejan jugar. Además me gusta hablar con mis compañeros y mis entrenadores».

El capitán, Román también interrumpe su entrenamiento para contar que «disfruto de jugar en equipo y de mis compañeros. El míster es el que nos habla antes de los partidos, yo como capitán solo ayudo a mis amigos. Lo que más feliz me hace de estar aquí -añade- es demostrar que podemos hacer cosas y que el fútbol no es solo para gente sin discapacidad», afirma rotundo el capitán, en una nueva lección de humildad, solidaridad, compañerismo e inclusión.

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