El rico pasado de Sagunt ha vuelto a ponerse en evidencia durante unas obras en la Ciutat Vella. La renovación de la red de agua y alcantarillado en la calle Mariano Mestre ha sacado a la luz un tramo de acueducto romano que, además, será el primero que se difundirá incluso con carteles explicativos, en una intervención posterior.
La arqueóloga que está haciendo el seguimiento de los trabajos, Maite Sánchez, ha confirmado a Levante-EMV este hallazgo «que permitirá documentar mejor» esta estructura; una de las menos conocidas de la ciudad romana, pero que es fundamental para explicar el esplendor que logró en aquella época.
La aparición de los restos en estas obras era algo que no ha pillado de sorpresa porque ya aparecieron otros iguales en la misma calle. Sin embargo, esta vez no se han encontrado tan cerca de las casas como entonces y ello ha favorecido que se vaya a divulgar su presencia, aprovechando las obras de repavimentación previstas por el ayuntamiento en cuanto la empresa Aigues de Sagunt acabe de renovar la canalización del agua potable y del alcantarillado.
La intención municipal es marcar en el nuevo pavimento el trazado del acueducto romano y colocar paneles explicativos de su historia. Se trata de una medida que no es nueva en la ciudad y que ya adoptó por ejemplo con unos restos que salieron junto al Templo de Diana. Sin embargo, sí es la primera vez que se adopta en una calle al surgir vestigios de esa obra de ingeniería romana que daba agua a la ciudad.
La puesta en valor de este acueducto es una de las viejas asignaturas pendientes de la ciudad pues se trata de la infraestructura menos conocida por sus propios habitantes. De hecho, sus vestigios mejor conservados están en la ladera oeste de la montaña del Castillo, a cierta distancia del casco urbano y totalmente fuera de las rutas que hacen los turistas por la ciudad.
El partido que ahora ostenta la alcaldía, Compromís, incluso presentó una moción al pleno municipal en verano de 2014 en la que instaba a la protección de estos restos. Entonces, dejaban claro que no querían que se repitiese lo que sucedió con los restos del circo romano, que «llegó hasta los años 60 conservando prácticamente su planta, y fue sepultado sobre los edificios que se han construido».
Sin embargo, ahora, será la primera vez que un tramo de ese acueducto no se dejará en el olvido bajo el pavimiento, como ya ha ocurrido en otros puntos de la ciudad, y se remarcará su presencia, aunque sea en el asfalto y con paneles explicativos.
