Un final de temporada siempre está acompañado de despedidas y el René Marigil dice adiós mañana a la Liga Guerreras Iberdrola, con la esperanza de que no vuelvan a pasar más de cinco años hasta volver a disfrutar de la máxima categoría del balonmano femenino español. Y uno de los grandes artífices de este regreso, aunque haya sido efímero, es Manu Etayo, que también se despedirá, junto a Noelia Oncina, de la que ha sido su casa durante las dos últimas campañas.
El entrenador navarro reconoce que «seguro que va a ser un momento especial, porque me voy de un sitio con una gran tradición de balonmano tanto femenino como masculino en el que me he sentido un privilegiado». De hecho, Etayo admite que «mi intención era seguir aquí», como había pactado con el BM Morvedre a su llegada, pero, sin querer «entrar en historias», porque «no merece la pena discutir», añade que «las diferentes líneas de trabajo en el aspecto deportivo» le han obligado a dejar Sagunt.
Antes de irse, el entrenador navarro confía en ganar el último partido, lo que permitiría al BM Morvedre mantener la 14ª posición, que en anteriores temporadas no hubiera conducido al descenso. «Queremos acabar con una victoria en casa», admite Etayo, que tendrá las bajas de Karmele Viñals, Ángela López y Lorena Zarzo para recibir mañana a partir de las 19 horas a otro descendido como el Canyamelar de València.
A la hora de hacer un balance, el técnico no duda en señalar que «positivo no, lo siguiente» y no solo por la pasada temporada, cuando las jóvenes saguntinas desafiaron a la lógica con un ascenso fraguado con 30 victorias y un empate en 31 partidos, sino también por la actual. «Cuando las cosas no han venido bien dadas -apunta Etayo-, el trabajo diario no ha decaído y tanto el equipo como las jugadoras han mostrado una mejora evidente» a lo largo de los meses.
Vestuario unido hasta el final
Otro aspecto que destaca es que «el vestuario se ha mantenido unido y sano hasta el final», así que «no considero que el descenso haya sido un fracaso, sino una situación deportiva que se puede dar».
A la hora de vaticinar el futuro que tiene por delante el balonmano femenino en Sagunt, Etayo apunta que «ojalá se siga este camino de trabajo desde la cantera, que en esta ciudad se puede explotar todavía más». En cuanto a su futuro, el navarro reconoce que su marcha le ha pillado por sorpresa y «a finales de mayo ya están casi todos los equipos montados, pero seguro que aparece algo».
