La esperada obra en el marjal de Almardà comenzará al fin la próxima semana y concluirá antes de que acabe el año, si no surgen más imprevistos, como la lluvia que ayer obligó a posponer el inicio de los trabajos. Así lo explicó a Levante-EMV el presidente del Consell Agrari de Sagunt, Enric Ariño, después de visitar ayer la zona junto al secretario autonómico de Medio Ambiente y Cambio Climático, Fran Quesada y el alcalde, Quico Fernández.

«Son unas obras impulsadas por la conselleria que se van a empezar más tarde de lo que nos hubiera gustado, pero después de una mejora del proyecto que conlleva varias ventajas», explicaba. La fundamental es que la turbina que se va a instalar para volver a poner en funcionamiento la Gola de Quartell ya no irá propulsada por un motor de gasolina que contamina y hace ruido por la noche, sino que se conectará a una instalación de luz y eso evitará problemas de ruidos a los vecinos.

Esta obra, que tiene un presupuesto asignado de 360.096,44 euros y estará subvencionadas con fondos europeos FEDER, tendrá un plazo de ejecución de siete meses y permitirá regular los niveles hídricos del marjal en un área natural de especial importancia en cuanto a la biodiversidad.

La visita también ha contado con asociaciones de labradores, ecologistas y vecinos que conocieron de primera mano los detalles de la infraestructura proyectada.

La instalación contemplada se basa en el aprovechamiento de la Estación de Bombeo de Aguas Pluviales (EBAP) de la urbanización Almardà situada junto al canal, y que dispone de tres bombas que son capaces de desaguar un total de 4,5 m3/s al propio canal.

También se prevén dos nuevas compuertas en el canal, la adecuación de la desembocadura de la garganta a la mar y la retirada y transporte de grabas y arenas en las Casas de Queralt (Sagunt) y en la playa de Almenara.

Además de mejorar la capacidad de gestión hídrica del marjal, la instalación evitará un problema que se arrastra en la zona desde hace décadas: Las frecuentes inundaciones de campos y caminos por el taponamiento de la gola, así como los elevados gastos que debían sufragar los gastos los agricultores para desaguarlos.

Tras años de espera, el nuevo retraso de esta obra provocó el inicio de movilizaciones el pasado día de Reyes en las que participaron desde agricultores a empresarios, ganadores, ecologistas y vecinos de la zona; unos colectivos que ahora sólo esperan que los plazos se cumplan.