Canet d' En Berenguer inició ayer un nuevo mandato de izquierdas, tras 8 años de gobierno del PP.

El socialista Pere Antoni Chordà logró tanto el apoyo de sus 4 concejales, como del edil de EU, Lluís Salvador, y del de la agrupación Canet, el exsocialista Joaquín Rambla.

Después de que la noche anterior fracasaran las negociaciones con Compromís para fraguar un gobierno tripartito con EU, los dos ediles nacionalistas optaron por no presentar candidatura y se abstuvieron, en un gesto que dejaba claro que aún no se daba todo por perdido.

El voto a favor del concejal de la Agrupación Canet, Joaquín Rambla, fue toda una sorpresa pues inicialmente el líder del PSOE dejó claro que quería intentar reeditar el «Pacte del Botànic» con Compromís y EU, es decir, sin contar con Rambla.

Lo que siguió el guión previsto es que el anterior alcalde, Leandro Benito, presentó su candidatura a la alcaldía y logró los 4 respaldos de su grupo mientras la edil de Ciudadanos, Carla García, hacía lo mismo y recibía sólo su único voto.

El nuevo alcalde de Canet, Pere Antoni, dejó claro en su intervención que va a defender «un gobierno de diálogo que apueste por la transparencia y sin partidismos». « Creo que la gestión pública eficaz tiene que llevarse a cabo desde unos pilares básicos: el trabajo incansable, el diálogo permanente y la proximidad a los verdaderos problemas de los ciudadanos y ciudadanas. Sin estos tres pilares, y sin nuestro afán para trabajar siempre de forma decidida por ellos, nuestro cometido al Ayuntamiento no tiene sentido. Por eso, apelo al diálogo entre las diferentes formaciones que integran esta corporación municipal, para que el bien común marque esta nueva legislatura por encima de cualquier interés partidista o personalista», dijo en valenciano.

En declaraciones a Levante-EMV, Antoni admitió tras la investidura que va a seguir trabajado por conformar un gobierno en mayoría. «Vamos a seguir intentándolo con Compromís, pero si al final no entran, tendremos que buscar otras soluciones», decía reconociendo que con los nacionalistas «se ha torcido todo al final», pero por razones que no llegaba a precisar.