Después de más de 30 años, el Ayuntamiento de Gilet, la Conselleria de Medio Ambiente y la Orden Franciscana ponen fin al vertido de aguas fecales a pozos ciegos en plena Sierra Calderona, procedentes del área recreativa de Sant Esperit y del Monasterio.
Esta práctica, al margen de la normativa que lleva realizándose en Gilet durante décadas, ha originado una denuncia en la Fiscalía por parte de un grupo de vecinos de la localidad, por posible delito ecológico.
Las tres partes implicadas han firmado un convenio en el que muestran su voluntad de solucionar este grave problema, rúbrica que tenía lugar en el propio Ayuntamiento de Gilet y a la que asistieron el alcalde, Salva Costa, el director general del Medio Natural, Antoni Marzo, y el padre guardián del Monasterio de Sant Esperit, Fernando Hueso.
En dicho documento, la administración local se compromete a redactar el proyecto que implica la construcción de un colector de 930 metros de longitud que unirá las zonas de Sant Esperit, tanto el monasterio como el área recreativa, con el colector general municipal que discurre cercano a la urbanización más próxima. Una tubería de grandes dimensiones recogerá tanto las aguas residuales de la residencia franciscana como las que se generan en la zona de esparcimiento, donde hace meses tuvieron que clausurarse los servicios para evitar los vertidos, ocasionando serios problemas entre los visitantes a la zona.
El mandatario de Gilet cifraba la inversión de esta actuación, que prevé comenzarse dentro de los próximos seis meses, en 180.000 euros, obras que financiarán, a partes proporcionales en función del uso del colector entre la conselleria, que es la que gestiona el área recreativa, y la comunidad franciscana, propietaria del monasterio y la hospedería, además de titular de la fosa séptica donde van a parar los vertidos de ambas zonas. También se ha dejado una puerta abierta a la participación financiera del ayuntamiento.
El consistorio de Gilet lleva varios años intentando poner solución a los vertidos en plena Calderona, sin embargo el director general, Toni Marzo, aseguraba desconocer el tema, pese a las reuniones que se han mantenido en Gilet con agentes forestales o incluso con el presidente de la junta rectora del parque natural, Carles Ferri, quien fue el primero en poner el grito en el cielo y comprometerse a buscar alternativas a principios de la pasada legislatura, aunque hasta el momento sin avances.
Solución definitiva
El alcalde de Gilet espera que con «este convenio se resuelva una situación que se da desde que existe el monasterio y el área recreativa, ya que siempre han habido fosas sépticas que regularmente se limpian y vacían desde hace 40 años. Las nuevas directrices medioambientales son más estrictas y, como lo sabemos y apreciamos, vamos a conectar a la red pública toda esta zona, ya que la inversión es razonable y será una solución definitiva, como viene reclamando el ayuntamiento desde 2016, junto con los franciscanos».
