Nunca lo había querido contar a nadie, pero a sus 79 años, el saguntino Enrique Moliner ha recogido en un libro tres vivencias que le marcaron para siempre, además de unos relatos y poemas.
«Sé que hay muchos que no me van a creer, pero yo creo que es importante que se sepa. Son cosas que no se ven todos los días», explicaba a Levante-EMV antes de presentar en el Centro Cívico del Port esta obra, «Testimonios verídicos, relatos y poemas», que ha editado Círculo Rojo . «Viajé hace 13 años a Fátima con mi mujer, en una salida con el Imserso que podía haber sido a cualquier otro sitio. Ella tenía unos dolores terribles en las rodillas. Sin embargo, al salir de visitar a la Virgen y rezar allí por todos menos por mí, igual que hizo mi mujer, ella me reconoció que ya no sentía nada en las rodillas y hasta hoy está bien».
Aquello le llevó a recordar cómo a los 32 años tuvo la gran fortuna de superar una parada cardíaca que a punto estuvo de hacer que donaran sus órganos, pues llegó un momento en el que ya no respondía y los médicos así se lo plantearon a su familia.
«Gracias a que me ocurrió cerca de donde vivía don Gonzalo, el médico, y éste me atendió, haciendo que me llevaran enseguida a València a La Fe aunque luego, como veían que vivo no llegaba, me dejaron en el Clínico. Al final, me pudieron reanimar», decía en algo que ahora achacaba «a la mediación de la Virgen», al igual que cuando, a los 60 años, salió sin un rasguño tras perderse 6 horas en el monte en un paraje de Albacete «donde algunos no han vuelto y han acabado despeñados».
Según explicaba este extrabajador de Altos Hornos y de Sidmed: «Todo esto lo teníamos callado. Sólo mis hijas y una señora lo sabían. Muchos son escépticos, no creen en milagros ni me creerán, pero yo he contado en mi libro lo que pasó. Para que se sepa».
