Los actos de homenaje a Sant Gil pusieron el broche a las fiestas de Benifairó de les Valls, que no se libraron de la lluvia. Pese a ese condicionante, la localidad vivió dos semanas de intensas celebraciones, en las que el trabajo conjunto de los festeros y el ayuntamiento permitieron desarrollar un programa con horas y horas de preparativos. Uno de los aspectos más destacados fue la alta participación vecinal en la inmensa mayoría de las actividades, así como el agradecimiento y la sonrisa que premiaban cada acto. Y es que «los sentimientos y las emociones» han marcado estas dos semanas para los festeros, desde la belleza de las albaes hasta el castillo final de fuegos artificiales, lleno de «melancolía» que marca el broche de 14 días en los que todo el municipio convivió en plena armonía.
