Un grupo de vecinos de Canet d'En Berenguer ha iniciado una campaña de recogida de firmas con la que se pide al ayuntamiento que impulse una consulta popular sobre un cambio de fechas de las fiestas patronales. Los promotores de la iniciativa son partidarios de trasladar los festejos a la primera semana de septiembre y no mantenerla como ahora en la segunda, con el objetivo de ganar en vistosidad, en visitantes y en definitiva, mejorar el impacto económico, que este años se ha visto afectado a causa de las lluvias, lamentaban.

Desde el ayuntamiento, el alcalde, Pere Antoni (PSPV) ha confirmado a Levante-EMV que hará la consulta a los vecinos, siempre que se recoja una cantidad de firmas significativa que indique una clara demanda ciudadana. Además, anuncia que escuchará a todas las partes, ya que también es conocedor de la existencia de detractores de la iniciativa. Sobre la conveniencia o no de cambiar las fechas, el mandatario no ha querido pronunciarse e insiste en que si hay demanda será el pueblo el que decida. «La participación ciudadana es clave para este equipo de gobierno», añadía.

Las solicitudes de firmas se encuentran distribuidas en distintos establecimientos de la localidad, principalmente en panaderías y también se han repartido carteles en los que se explica los motivos por los que se considera necesario el cambio de fechas de las patronales: el clima, los estudiantes, ya que algunos no puede disfrutar de la misma puesto que tienen que ir a clase, y por los trabajadores, que tienen que cumplir con su jornada laboral. También se defiende en la propuesta que las nuevas fechas atraerían a un mayor número de turistas que aguantan hasta el inicio del colegio en sus residencias y otros que siguen yendo a la playa en busca de sol.

La propuesta de este grupo de vecinos se concreta en adelantar las fiesta una semana, es decir realizar la plantà del palo el día 1 de septiembre, hacer los actos lúdicos primero y los religiosos los últimos, manteniendo el día 8 de septiembre el de la patrona y el día 9 la ofrenda y el Ball a la plaça, para concluir con el castillo de fuegos artificiales con el que se pondría el broche de oro a los festejos. No obstante, aclaran que sería el clavario, como todos los años, el que organizaría la programación.