Las Fiestas de Moros y Cristianos de Sagunt han crecido este año en espectaculidaridad y público, tras coincidir por segunda vez con el potente mercado medieval que organiza Sagunt desde hace años con motivo del 9 d'Octubre.
Este hecho favoreció una gran asistencia a la doble cita, hasta el punto de que llegaron a llenarse todas las zonas de aparcamiento del Norte del Palància, donde hay sitio para entre 3.000 y 4.000 vehículos, según destacaba a Levante-EMV la edil de Fiestas y Cultura, Asun Moll. «Ha sido un acierto que coincidieran porque uno alimenta al otro. Esto ocurrió también el año pasado, pero siempre viene favorecido o no por el calendario», decía para reconocer que, de cara a 2020, «ya es más complicado». «Aún tendremos que estudiar qué haremos, pero es verdad que entonces 9 d'Octubre caerá jueves y, como siempre hemos hecho para esa fecha el mercado, parece que tiene más sentido iniciarlo ese día y mantenerlo hasta el lunes, día 12, que también es festivo. No obstante, habrá que valorarlo», apuntaba tras destacar la «asistencia masiva» a un mercado que «transcurrió con buen ambiente y sin incidentes».
Desde la asociación de Moros y Cristianos, el balance de la fiesta de este año también era muy positivo. «Estoy muy contento, se nota que el festejo va cogiendo nombre en Sagunt», ha confesado a Levante-EMV Patrick Salvador, el presidente de la entidad.
L'Entrà de Moros y Cristianos, según Salvador, fue «sin duda mejor que otros años», pues el público acompañó a las comparsas durante todo el recorrido, en un lugar de concentrarse sólo en algunos tramos, algo que «nunca antes había sucedido», decía al comparar con los últimos años. En esto, a su juicio pudo influir el cambio de ubicación ya que el desfile no acabó en la Plaza de Morería, sino en una ubicación más céntrica.
En l'Entrà, emoción no faltó. La abanderada cristiana dels Llancers de Morvedre, Sonia Bellver, recorrió las calles a lomos de un dragón, mientras que el capitán y abanderada cristianos, Iker Villalba y María Arantzazu, desfilaron sobre una colorida carroza. Por su parte, los máximos responsables del bando moro, José Caballer y Esther Moragrega, abrieron su desfile con el reparto de más de 10 kilos de confeti desde lo alto de una imponente carroza decorada con elefantes,e integrando en una de sus filàs al alcalde de Sagunt, Darío Moreno, cuya vinculación con la fiesta viene de lejos.
Los caballos también fueron muy recibidos pues muchos asistentes «llevaban tiempo pidiendo que hubiese animales», como recordaba Salvador. El espectáculo con fuego tampoco dejó a nadie indiferente.
El domingo, un Teatro Romano con las gradas llenas acogió las Embajadas. Por primera vez, los festeros acompañaron a la capitanía y a los embajadores; además, se incorporó un toque de teatralización al espectáculo, como destacaba el presidente de la asociación.
Esta edición, las fiestas han presentado diversas novedades. Además de partirlas en dos fines de semana, como se hizo por primera vez el año pasado, la Nit de l'olla se ha trasladado a La Glorieta y ha estado seguida de una orquesta. Además, se ha variado el recorrido de l'Entrà; una estrategia de la Junta Directiva elegida en 2017. «Planteamos el proyecto de que estas fiestas no murieran y, es más, que crecieran, y es algo que hemos logrado. Nuestra tradición está en boca de los saguntinos y también de la gente de fuera. Agradezco a cada saguntino su apoyo, la fiesta es de todo el pueblo», apuntó el presidente de la asociación.
