El alcalde de Estivella desde hace más de cuatro años, Rafa Mateu, se ha convertido también en presidente del consorcio de residuos Palància-Belcaire, un cargo al que llegó «casi por casualidad» y desde el que afirma: «Procuraré gestionar lo mejor posible un tema que preocupa como los residuos».
¿Qué ha llevado a encarecer un 20 % la tasa del tratamiento de la basura para 2020?
La subida responde al déficit generado desde la constitución del consorcio en 2011. La política siempre ha sido no subir la tasa y, a partir de 2013, se fue creando un grave agujero, que el remanente de tesorería y el aumento de uno o dos euros en la tasa solo han sido capaces de contener desde 2016, pero no de taparlo.
¿Con este incremento se solucionan los problemas económicos?
De la subida de 12,95 euros, casi 7 irán a cubrir los gastos por el tratamiento de la basura y un poco más de 6 servirán durante los próximos tres años para cubrir el déficit. Si esos 18 se hubieran repercutido desde 2011, apenas hubiera supuesto un poco más de 2 euros al año, pero, en lugar de preocuparnos por cubrir el coste real del servicio, nos hemos peleado por subidas de 50 céntimos.
¿Significa eso que dentro de cuatro años bajará la tasa?
La previsión es no subirla y, si durante este tiempo recibimos aportaciones de la Generalitat y las diputaciones o se genera un superávit, se utilizarían para bonificar a los ciudadanos que más reciclan. Además habrá que valorar posibles inversiones y siempre es bueno tener unos ahorrillos para mantener la estabilidad frente a cualquier susto.
¿Se mantiene el consorcio Palància-Belcaire como uno de los que tiene más baja la tasa?
Sigue siendo la más barata, pese a prestar servicios como la valorización en la planta de Algímia d'Alfara o los ecoparques que no todos tienen. Hay consorcios que cobraban 80 euros y lo han subido a 90.
En cuanto a las bonificaciones, ¿cómo está funcionando la red de ecoparques?
Un dato lo resume. En 2015 llegaban 7.000 toneladas y en 2018 rondaron las 13.800. Es un incremento considerable de la basura que se separa en origen y supone, además, que 18.000 usuarios se hayan beneficiado de bonificaciones. Inicialmente había un presupuesto de unos 70.000 euros para premiar a la que gente que más recicla y para el año que viene llegará a los 250.000 euros.
Más allá del aspecto económico, ¿cómo es el rendimiento de la planta de Algímia?
Es mejor que todos los parámetros marcados por el Plan Integral de Residuos de la Comunitat Valenciana y las directivas europeas, porque en 2011 empezó con más del 51 % de basura que acababa en vertedero y este año estamos por debajo del 39 %.
¿Y sigue la planta tan a la vanguardia como cuando entró en funcionamiento?
La tecnología avanza y siempre se pueden implementar nuevas mejoras, como se hizo, por ejemplo, con el sistema de embalaje mediante retractilado de los residuos que van al vertedero. Ahora estos paquetes están aislados y eso hace que no les afecte el agua de lluvia ni produzca lixiviados. También se evita la proliferación de aves carroñeras y se dejan menos espacios vacíos. Otra inversión importante fue habilitar el circuito de visitas para que más de 12.000 personas ya hayan visto en que se gasta la tasa.
