Uno de los deportistas de la comarca que más recorrido ha tenido es Antonio Maceda. Con varios títulos en su palmarés gracias a su paso durante cuatro temporadas por el Real Madrid, el porteño afincado en Gijón reconoce que el club rojiblanco «significa todo para mi. La única ilusión que tenía de niño era jugar en el equipo de mi pueblo, el Acero, como mi hermano. Todos los chavales pensábamos igual y ese era nuestro objetivo». En una época sin categorías inferiores, Maceda empezó en los Once Leones en unas ligas locales en las que se juntaban jugadores entre 12 y 18 años, «una locura», según admite. Con 16 ya se incorporó al Acero juvenil y todavía sin cumplir 17 debutó en el primer equipo, donde destacó de tal forma que antes de cerrar esa primera temporada ya se fijaron en él desde el Sporting de Gijón, donde le pidieron en marzo que se quedara en la ciudad para ir conociendo el club. Hace unas temporadas, Maceda recibió un homenaje del CD Acero y el exfutbolista reconoce que «mantengo lazos con el Puerto de Sagunto y suelo ir de vez en cuando», ocasiones en las que «aprovecho para ir al Fornás», campo donde empezó a dar sus primeras patadas al balón y donde todavía recuerda a sus amigos de infancia.