«Es un retraso injustificable desde todos los puntos de vista». Así se pronunciaba el edil de Urbanismo y portavoz de Compromís por Sagunt, Quico Fernández, ante la demora que está sufriendo la obra que debe dar luz al Centro de Visitantes del Castillo de Sagunt y así permitir su apertura al público casi diez años después de que se construyera el edificio.

Estos trabajos, como adelantó Levante-EMV se paralizaron antes del verano debido a que unos hallazgos arqueológicos obligaron a unos cambios que requerían la redacción de otro proyecto, según explicaron desde la Conselleria a preguntas de este diario.

No obstante, Fernández exigía ayer la Conselleria de Cultura la finalización de estos trabajos y recordaba que no era mucho el trabajo pendiente: «En la legislatura municipal anterior, en la cual yo era alcalde, las obras ya estaban finalizadas, aunque con algunas deficiencias, y solo estaban pendientes del suministro eléctrico. Un tema, por cierto, que resolvimos desde el ayuntamiento. No es comprensible cómo cuatro años después no han sido capaces de acabarlas», decía.

A su juicio, «la gestión de la conselleria ha sido muy lamentable porque es un servicio demandado desde hace muchos años que afecta los servicios básicos y la seguridad de un monumento muy importante. No es posible que el Castillo de Sagunt no disponga de servicios básicos como cualquier otro monumento del Estado español. La titularidad, igual que la del Teatro romano, es del Estado, aunque la gestión corresponde a la Conselleria de Cultura, que es la responsable de las obras», comentaba.

Fernández opina que «no tenemos que olvidar que no hay en el castillo ningún itinerario que tenga la seguridad y las indicaciones señaléticas básicas. Últimamente se han instalado barandillas después de un accidente que sufrió una visitante, pero continúa siendo un espacio hostil al visitante. Es muy deplorable, la verdad. Pero el problema no finaliza aquí, porque tampoco se ha cumplido el compromiso de habilitar el Teatro Romano con todas las garantías tras la última sentencia que reclamaba legalizar y actualizar las obras: suministro eléctrico, accesibilidad, trabajar el espacio escénico como espacio museístico, etcétera. Es una gran lástima».