Los propietarios de una ganadería de el Camp de Morvedre denunciarán hoy en la Guardia Civil de Estivella, el «robo y el maltrato sufridos por una de nuestras reses». Así lo adelantan a Levante-EMV, después de que lo sucedido a principios de semana haya convertido sus Navidades en «todo un calvario».

La angustia comenzó cuando detectaron que faltaba de su finca de Estivella un becerro de seis meses. Tras varias horas de búsqueda por el monte y de preguntas a los vecinos, el ganadero dio con una pista que le llevó hasta otra finca en Alfara de la Baronia, a pocos kilómetros de la suya. Allí encontró al animal «atado y en una situación lamentable», relata.

Tal y como narra este hombre, el becerro presentaba cortes en la orejas tras arrancarle las chapas identificativas. «Tiene una raja en una de las orejas. Parece ser que le intentaron arrancar la chapa y al no poder, cogieron un cuchillo y le hicieron un corte para quitársela». El animal también presenta daños en la otra oreja por el mismo motivo. «Tiene los pitones sueltos y la pata derecha hinchada, a saber las animaladas que han podido hacerle, no quiero ni pensarlo», expone su dueño.

El ganadero quiere que los «responsables de esta atrocidad paguen por lo que han hecho. Es una aberración, no puedo explicarme cómo hay gente que puede hacer esto a los animales».

Los hechos se descubrieron cuando uno de los ganaderos se acercó a su finca y detectó la puerta rota y varios agujeros, ademas de la ausencia de Guapito, el becerro de seis meses que estaban intentando sacar adelante después de que su madre fuera envenenada. «Temíamos que muriera, hemos hecho todo lo posible por sacarlo adelante y ahora sucede esto», cuenta.

Tras dar con el animal en la finca de Alfara, se pusieron en contacto con su propietario, quien asegura desconocer lo sucedido hasta que el hijo de éste va dando pistas. También se avisó a la Guardia Civil, que se personó e inició la investigación.

Según el ganadero, los presuntos responsables de lo ocurrido son cuatro jóvenes, que se acercaron a al finca de Estivella, sacaron al animal «atado, de mala manera y a la fuerza, y lo subieron al maletero del coche para llevarlo a la propiedad de uno de ellos. Allí le hicieron todo lo que quisieron y sospechamos que le cortaron las chapas para que no pudiéramos identificarlo».

Aunque se desconocen los motivos que llevaron a los responsable a cometer este acto, desde la misma ganadería se sospecha que el becerro era una «capricho» de una de las parejas de los presuntos autores de este robo, quien utilizó al animal para darle una sorpresa, extremo que está por confirmar.

Además del robo, los ganaderos denunciarán los desperfectos en la propiedad, que provocaron que se escapara una de las vacas de la finca, aunque fue recuperada el mismo día de Nochebuena. «Después de horas buscándola dimos con ella», explica aliviado uno de los ganaderos pensando en lo que podía haber pasado.

Milagro y justicia

«Gracias a un milagro, el becerro ya está en casa, ya ha empezado a comer, aunque tardará días en recuperarse», añade la misma fuente, quien espera que se haga «justicia» por el maltrato sufrido por este animal.