El fuerte viento tumbó ayer numerosos árboles en El Camp de Morvedre, algunos de gran tamaño, aunque sin causar daños personales.

En Gilet, la caída de un pino de grandes dimensiones de una parcela privada generó destrozos en el alumbrado y la línea telefónica de la urbanización Sant Esperit, como explicó el alcalde, Salva Costa

En el barrio de Baladre de Sagunt, se vinieron abajo dos pinos con décadas de antiguedad, igual que ocurrió en la Font de Quart, que había sido cerrada al público por precaución el día anterior, en una decisión que resultó ser todo un acierto, como señalaba el alcalde, Néstor Albert. Además, en este último pueblo también cayó otro enorme árbol en la ermita.