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Las humedades vuelven a poner en jaque los frescos de Oliet ya restaurados en Alfara

La filtración de agua por las paredes afecta a varias pinturas y al mosaico de «Nolla» del suelo original que ya ha empezado a soltarse

Las humedades vuelven a poner en jaque los frescos de Oliet ya restaurados en Alfara

Las humedades que padece la iglesia de San Agustín, de Alfara de la Baronia, han vuelto a poner en «jaque» los frescos del templo, entre ellos los del pintor morellano de principios del S.XIX, Joaquín Oliet.

Pese a la actuación que se realizó en la parroquia hace varios años para acabar con la goteras de la cubierta, la falta de impermeabilización de la misma ha provocado que las humedades se filtren por los muros y lleguen hasta las pinturas. De hecho en la anterior intervención también se llegó a restaurar el fresco de Oliet de la capilla del bautismo que de nuevo vuelve a presentar signos de humedad. «Estaba lleno de sales otra vez, aunque con la última obra, ya vemos cómo la sal va cayendo y el fresco se recupera», explicaba el titular de la parroquia, Javier López.

Sin embargo, no ocurre lo mismo con los frescos del crucero y la nave, que siguen sin repararse y necesitan de una actuación urgente dado su gran deterioro, añadía el sacerdote.

La Iglesia de San Agustín lleva padeciendo humedades desde hace más de una década, una situación que ha castigado enormemente al templo, para el que ha sido necesario la redacción de un plan director.

Según explicaba el párroco, las actuaciones requeridas para su puesta en valor ascienden a casi 300.000 euros, una intervención global que se ha dividido en cuatro fases. La primera de ellas ya ha finalizado y ha consistido en ventilar los muros del templo y eliminar las humedades. «Se ha quitado todo el rodapié de la planta y se han realizado unos orificios dentro de los muros para que haya ventilación y evitar la acumulación de agua», explicaba el clérigo.

Esta intervención ha supuesto una inversión de 40.000 euros de los fondos de la Diputación dentro del capítulo de ayudas para la restauración de patrimonio.

Este grave problema de filtraciones también ha ocasionado daños en el pavimento, puesto que ha hecho saltar el mosaico de «Nolla» original de la iglesia. Parte de estas teselas de cerámica de siglo XIX han saltado y otras están sueltas con el riesgo de que algunas puedan romperse, una situación poco deseada ya que sería muy complicado reponerlas dada la ausencia de originales, explicaba el titular de la parroquia. Dado el grave problema que esto puede suponer, el sacerdote avanzaba que la intervención en el mosaico correrá a cargo de los fondos de la iglesia vista la premura que existe y el riesgo a no encontrar piezas.

Respecto a las otras tres fases, la segunda se centrará en la cubierta. El objetivo es impermeabilizarla para frenar las humedades de forma definitiva. La tercera consistirá en la restauración de los murales del altar mayor, unos de los más perjudicados debido a las goteras que ha venido sufriendo el templo en los últimos años.

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