La presencia de jabalíes se ha disparado junto a la playa de Almardà y, con ella, los daños a campos de cultivo tanto de los alrededores como de un radio de unos tres kilómetros de distancia.

El presidente de la asociación de agricultores Ascosa-AVA en Sagunt, Francisco Campillo, así lo aseguraba a Levante-EMV, a raíz de los últimos destrozos detectados en un huerto de naranjos de la partida de Montíver y de los cuantiosos hoyos que se acumulan en una parcela del camino de Rocafull, que está en la zona de huerta existente entre las playas de Almardà y Sagunt. «Desde hace unos años, los jabalíes han crecido sin control y cada vez hay más. Es un problemón porque nos lo llenan todo de hoyos, rompen gomas del goteo e incluso se comen muchas mandarinas. Solo a un agricultor se le han comido este año 30 ó 40 cajones», decía.

El trasiego de estos animales en busca de comida les hace atravesar sin problemas las principales vías de acceso a la playa de Almardá, lo que aumenta el riesgo de accidentes de tráfico tanto en el Camí del Corral del Batle como en la carretera de la diputación que une Canet d' En Berenguer y les Valls. El verano pasado, en estos dos lugares, ya hubo al menos dos atropellos de jabalíes de los que informó Levante-EMV. Sin embargo ahora se les ha visto por otras zonas aún más concurridas por gente que va a pie o en bicicleta, como los alrededores de la ermita. «Se les ha llegado a ver allí junto a los contenedores. Ellos sueles salir al caer la noche, pero a más de uno le pueden dar un susto», comentaba Francisco Campillo, al tiempo en que demandaba medidas para de la administración «para que haya un control y no se conviertan en plaga».

El presidente de la asociación de vecinos de Almardà, José Girona, admitía que por ahora no había recibido quejas en este sentido pero sí confirmaba que el verano pasado había preocupación tras los accidentes registrados y ya entonces se pidió sin éxito una intervención de la administración.

Como miembros de Ascosa -AVA y de la asociación de Cazadores de Sagunt, Pere Peruga, veía evidente que «hay un exceso de población de jabalíes» y consideraba que los cazadores de la localidad «siempre estarán dispuestos a colaborar en minimizar ese problema, teniendo en cuenta que no hay ningún depredador natural para el jabalí».

A ello añadía que la reciente aprobación de un coto de caza en esta zona favorece la intervención de la sociedad local. «Antes, esto era zona de aprovechamiento común donde cualquier que tuviera licencia de caza en la Comunidad Valenciana, podía venir y cazar. Si entonces había jabalíes en un campo, la conselleria daba permiso al propietario a abatirlo en su parcela; algo que muy pocos sabían hacer. Ahora, en cambio, solo pueden cazar en la zona integrantes de la sociedad de cazadores de Sagunto y es ésta la que puede y debe poner medios contra problemas como éste», explicaba.

Aún así, opinaba que la colaboración de las administraciones siempre es fundamental en estos casos.

Precisamente por esto último, desde Ascosa-AVA quieren plantear en breve el problema al Consell Agrari y darle toda la información sobre dónde se esconden los animales, pues ya los han avistado en muchas ocasiones en un enorme campo abandonado y lleno de broza.