Un local inundado de aguas residuales, grietas, infinidad de humedades por filtraciones, erosiones, desprendimientos, oxidación de elementos mecánicos, cuadros de contadores deteriorados y no homologados, roturas de vidrios y cerrajerías como consecuencia del vandalismo, bajantes en mal estado o emboce de sumideros. Estos son solo algunos de los desperfectos que presenta un grupo de viviendas del barrio de Baladre de Sagunt, al que la Generalitat quiere poner fin con una inversión de un millón de euros.

Por el momento, la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVHA) ha encargado por casi 100.000 euros la redacción de los proyectos de rehabilitación de los elementos comunes y la dirección de obras, que se espera tener lista el próximo año para iniciar los trabajos en este espacio de unos 17.000 m2, con 122 viviendas, el 90 % de propiedad autonómica, divididas en cinco bloques, además de 19 locales comerciales y 118 plazas de aparcamiento.

Pero además de todos los trabajos necesarios en estos elementos, los planes del Consell también incluyen la actuación sobre el espacio libre entre estas construcciones, de unos 8.000 m2, que presenta un estado «deficiente», al carecer de zonas verdes y disponer únicamente de una gran superficie pavimentada sin que pueda catalogarse de plaza, según los informes de la EVHA.

Desde la asociación de vecinos de Baladre se ha celebrado este avance, aunque también se ha insistido en que otra parte del barrio está todavía más deteriorada por ser su construcción más antigua sin que «nunca se haya hecho nada». En este caso, sin embargo, las administraciones señalan a los propietarios como responsables de promover los arreglos.