«Mucho respeto y más miedo», «el verano de playa lo veo mal, porque es muy difícil que se hagan cumplir todas las normas de seguridad» o «no creo que sea un foco de contagios, pero seguro que habrá problemas». Así valoraban varios bañistas a Levante-EMV el primer día con socorristas en las playas de Sagunt, un arranque de campaña que se vivió entre el temor por la crisis sanitaria y los montones de arena acumulados por las actuaciones pendientes para ofrecer todos los servicios en las próximas semanas.
El viento racheado, que obligó a colocar las banderas roja y amarilla desde primera hora, hizo que no fuera el mejor día para disfrutar del litoral, aunque algunos usuarios reconocían que «va a ser un verano muy raro, así que queremos aprovechar ahora para hacer ejercicio y bañarnos, porque no sabemos lo que puede pasar en julio y agosto». Pese a ese sentir general, también hay gente que ya va a la playa «sin ningún miedo» a posibles contagios, según reconocían a este rotativo.
Pendientes todavía de acabar de instalar las pasarelas de madera, colocar los lavapiés o reparar la red de suministro eléctrico para los chiringuitos, el concejal de Playas de Sagunt, Roberto Roivira, apunta que «queríamos empezar con los socorristas y las ambulancias y en los próximos días se irán ampliando los servicios», que este verano están más enfocados que nunca a la seguridad con el apoyo de drones para controlar el aforo.
Desde el cuerpo de socorristas, su coordinador, Gonzalo Duque, apunta que «sabemos que va a ser una temporada muy diferente, pero esperamos que sea tranquila». Dotados de balones resucitadores que sustituyen al tradicional boca a boca en la reanimación, Duque espera que «no se incremente el centenar de intervenciones de rescate en medio acuático que realizamos el verano pasado».
