El impulso del polígono Parc Sagunt no solo ha creado suelo en la ciudad para relanzar su actividad industrial y logística. También ha puesto las bases para separarlo del protegido Marjal dels Moros con una mota de varios metros de altura y un ancho suficiente que permitirá construir sobre ella varios bares-restaurantes, o incluso hoteles, con vistas al humedal protegido. Aunque esta posibilidad estaba sobre el papel desde el año 2003, ahora, la Conselleria de Medio Ambiente ha llevado a eliminar tres de esas instalaciones previstas y dejarlas solo en cinco.
Esta decisión dejará libre todo el tramo de la mota cercano al Centro de Educación Ambiental de la Comunitat Valenciana y reducirá los establecimientos autorizados en una resolución autonómica de 2003. Sin embargo, no convence del todo a Acció Ecologista Agró, que ya rechazó todas estas construcciones y alegó sin éxito que «desvirtúan el objetivo de construir la mota como pantalla y medida correctora del impacto del polígono sobre el marjal», decían además de considerar que las instalaciones «afectarían por sí mismas al aumento de la contaminación sonora y lumínica sobre el espacio natural colindante» y que la propuesta era «desproporcionada» teniendo cuenta la existencia de otros tres espacios previstos en Parc Sagunt para restauración.
El acuerdo final, rubricado por el pleno, tampoco estuvo exento de desencuentros previos entre Parc Sagunt y el ayuntamiento pues, en un principio, ante la exigencia de Medio Ambiente de eliminar los tres locales previstos junto al CEACV, los responsables del polígono propusieron reubicar esos 1.800 m2 de uso recreativo en zona verde, una propuesta que rechazó el consistorio al considerar que no beneficiaba al interés general. Sin embargo, al final, se optó por trasladar la edificabilidad de las tres parcelas a otras del polígono, descartando la petición ecologista al creer que no se está desvirtuando el esquema originario de los usos previstos en el polígono.
Esto permitirá construir sobre la mota cinco edificios aislados de dos alturas, de 600 m² cada uno, donde se podrán ubicar bares-restaurantes u hoteles, siempre cumpliendo las directrices que han endurecido ahora la Conselleria de Medio Ambiente y el ayuntamiento para preservar al máximo el humedal.
Aunque los ecologistas argumentaron que estas construcciones «impedirían, o al menos, dificultarían el paso del carril bici y peatonal que debería circular por la parte alta de la mota», desde Parc Sagunt se descartó este hecho a preguntas de Levante-EMV y se aseguró que hay espacio suficiente para que las nuevas construcciones no obstaculicen estos carriles.
