Un cambio de criterio desde la Intervención del Ayuntamiento de Sagunt ha hecho que esta semana se deje sobre la mesa la resolución del programa de ayuda de pequeñas y medianas empresas (pymes) y autónomos, que el consistorio lanzó a finales de mayo como un paliativo para los efectos del confinamiento.
Pese a que el gobierno municipal anunció la máxima celeridad para hacer efectiva esta inyección, para la que se reservó un total de 1,8 millones de euros, el ingente trabajo que supone la tramitación de las más de 1.100 solicitudes presentadas ha hecho que el dictamen definitivo se haga esperar unos días más, con la esperanza de aprobarlo en la junta de gobierno de la próxima semana.
La concejala de Promoción Económica de Sagunt, María José Carrera, explica que «la línea marcada ahora por Intervención es que primero se contabilizan las ayudas y luego se aprueban para hacerlas efectivas de forma inmediata». Este sistema es el opuesto al utilizado en la primera resolución, que se aprobó a finales de julio y supuso el reparto de algo más de 100.000 euros entre 71 solicitantes, es decir, un promedio de más de 1.400 euros entre los distintos conceptos como el cierre del establecimiento, la reducción en la facturación, el alquiler y el número de trabajadores afectados.
En este dictamen, se denegó la petición a 37 personas, en su mayoría por tener deudas contraídas con Hacienda o la Seguridad Social, una circunstancia que «nos impide darles las ayudas, según marca la Ley General de Subvenciones», apunta Carrera. En cuanto a la segunda y última remesa, más de 200 solicitudes han sido rechazadas, mientras que las 481 aprobadas supondrán el reparto de cerca de 700.000 euros más. Todavía por resolver se encuentran más de 300 solicitudes, a las que el ayuntamiento ha hecho requerimientos para subsanar alguna cuestión.
Pendientes todavía de saber la cantidad que quedará sin consumir, Promoción Económica ya estudia fórmulas para que el sobrante se revierta de igual forma en pymes y autónomos o en reactivar el empleo.
