El anuncio de la inminente licitación de las obras de construcción de cuatro espigones entre Xilxes y Almenara provocó ayer una oleada de reacciones desde Sagunt. Preocupación, decepción, indignación, impotencia e incomprensión fueron las primeras réplicas a este «ataque» de la Demarcación de Costas, que da nuevas muestras del «desprecio» a la capital comarcal con el incumplimiento de sus compromisos. Por una parte, el alcalde, Darío Moreno, admite que «nos planteamos todas las acciones necesarias para defender nuestras playas». Antes de esta advertencia, el socialista reconoce su «nueva decepción», porque el Ministerio para la Transición Ecológica da el paso de licitar el proyecto «sin haber dado respuesta a nuestras reivindicaciones». Más contundente se muestra el portavoz de Compromís, Quico Fernández, quien reclama que se paralice la licitación, «mientras no tengamos las garantías de que estas obras no van a provocar un mayor deterioro en nuestras playas». El exalcalde considera «muy lamentable» que el ministerio «actúe de manera absolutamente unilateral» al «romper los compromisos adquiridos con Sagunt». Y es que, según Fernández, Costas acordó con el ayuntamiento que la licitación de las obras en Castelló no se convocaría «hasta tener un proyecto claro para salvaguardar nuestras playas». Mientras, desde la asociación de vecinos de Almardà se insiste en que «no entendemos cómo el ministerio no espera a tener el informe sobre nuestro tramo de costa antes de lanzar las obras en Castellón. Lo lógico, teniendo en cuenta las corrientes de nuestro litoral, es que la actuación empezara en el sur y avanzara hacia el norte. No solo lo hacen al revés, sino que, teniendo en cuenta los plazos de la administración, hasta dentro de un mínimo de cinco años no estará listo el proyecto de regeneración de nuestras costas. Si ahora construyen estos espigones, dentro de 10 años no quedará nada de nuestras playas, que ya están peligrosas». Frente a esta situación «muy, muy, muy preocupante», desde el colectivo vecinal apuntan que «la asociación no puede hacer nada, pero el Ayuntamiento de Sagunto sí. Pedimos a todos los grupos que se dejen la política en el bolsillo y muestran firmeza» frente a este nuevo paso que ha soliviantado a los vecinos de Almardà. La reclamación que desde Sagunt se repite es que se tenga en cuenta de unidad geológica de la costa y las fases del proyecto se coordinen, algo que resulta imposible cuando «llevan a cabo este proyecto que solo se preocupa de las playas de Castelló» sin garantías de que «no cause perjuicios» en el sur, en palabras de Quico Fernández. El nacionalista señala que «esperamos que el ayuntamiento reaccione y se dirija al ministerio para evitar este nuevo ataque a la seguridad de nuestras playas». Darío Moreno, mientras, explica que «solicitamos una respuesta específica con la implicación que el proyecto en Castellón tendría sobre nuestras costas. Presentamos alegaciones y no obtuvimos una respuesta como tal y, en cada reunión, hemos insistido en que queremos ese análisis específico sobre el impacto que los espigones en nuestra zona del litoral». El alcalde de Sagunt asegura que «hablamos de que las playas de Almardà, Corinto y Malvarrosa cada vez están más deterioradas y más degradadas, hasta el ministerio lo ha reconocido, y por eso ha puesto en marcha un proyecto, pero está tardando muchísimo en llegar. Se nos prometió que estaría en junio y ahora estamos hablando de noviembre. Seguiremos presionando para que esté listo cuanto antes». Moreno reitera el problema de la degradación de las playas del norte de Sagunt, donde «se ha generado un escalón que hace peligroso el baño para personas mayores o con movilidad reducida. Hemos solicitado una intervención urgente y lamentablemente seguimos sin respuestas».