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«El tema del Patrimonio en Sagunt es de juzgado de guardia»

La presidenta del Col·lectiu lamenta que «todo esté por terminar» y que «se siga a la ‘marcheta’»

Una imagen del Castillo de Sagunt.

La presidenta del Col·lectiu pel Patrimoni de Sagunt, Conxa Cardo, ha mostrado su «profunda indignación», después de que el Castillo haya vuelto a la actualidad informativa por las denuncias de las condiciones de trabajo de los empleados en el monumento nacional, que se unen a la parálisis de las obras que permitirán dar luz al Centro de Visitantes acabado en 2010 pero sin estrenar y el mal estado del antiguo Museo Militar. «Es como si alguien le hubiera echado una maldición a esta ciudad», lamenta en palabras a Levante-EMV.

Cardo señala que «todo está por terminar». «No se escucha la voz de la ciudadanía representada en el Consell Assessor del Patrimoni, porque no se le ha convocado nunca desde que tomó posesión el nuevo ayuntamiento», denuncia con amargura.

La presidenta del Col·lectiu insiste en que «hemos dicho muchas veces que el Patrimonio podría ser una fuente de ingresos para la ciudad, pero aquí se sigue a la marcheta». En este ámbito del retorno económico de este sector, Cardo denuncia que «estamos en los mismos niveles que en los años 50 y así vamos, muy mal».

En esta línea, Cardo no titubea al señalar que «si la gestión municipal en Patrimonio pudiera ser evaluada, habrían ido a la calle todos los gestores. Parece mentira que una obra como el centro de recepción de visitantes del Castillo, acabado desde hace diez años, aún no se haya podido recepcionar. Cambia la alcaldía y se cambia el proyecto, por no hablar de los actos de vandalismo que irrumpen cada dos por tres, por lo tanto hay que reponerlo casi todo», insiste.

La presidenta del Col·lectiu pel Patrimoni de Sagunt añade que «el tema del Patrimonio en esta ciudad es de juzgado de guardia y demuestra la poca categoría de nuestros gobernantes municipales. Mientras, el Castillo, emblema de la ciudad, continua siendo un islote solitario del que nadie se acuerda, además de que continúa por señalizar y restaurar. Es para llorar», concluye Cardo.

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