Los pinchazos de ruedas siguen atormentando a muchos vecinos de Sagunt que se ven obligados a aparcar sus vehículos por la noche en la calle. Especialmente, los alrededores de los juzgados se han convertido en un lugar que muchos procuran evitar, después de encontrarse con desagradables sorpresas en cualquier día de la semana.

El último caso que ha trascendido es el de Fátima, que el pasado sábado se quedó sin poder ir a trabajar, por mucho que madrugó, al ver que una de las ruedas de su coche había sido rajada. Se trataba de la tercera vez que le ocurría algo así en los últimos meses. Tras esa experiencia o, quizás por mera intuición, acabó revisando las ruedas antes de ponerse en marcha. «Entré en el coche, dejé el bolso, pero luego me acordé y salí a comprobarlo. Primero vi solo la delantera que está en la parte del conductor y todo bien. Luego, ya me iba a marchar, pero me di cuenta de que la otra no la había mirado y, al ir a comprobarlo, vi que la habían pinchado, así que al final, no pude irme al trabajo porque ya no llegaba a tiempo», contaba a Levante-EMV.

Perfil variado

Desde la Policía Nacional admitían que siguen investigando estos casos que empezaron al final del estado de alarma, continuaron en los meses siguientes y sólo habían parecido frenarse en las últimas dos semanas. Aunque datos de los casos denunciados en comisaría no dan, desde un taller del casco histórico de Sagunt apuntaban a este diario que, hasta hace unas dos semanas, prácticamente a diario les llegaba un coche con una e incluso varias ruedas para reparar o cambiar.

Algunos clientes, como Fátima, se han visto varias veces en una situación así. Sin embargo en el taller aseguran que el perfil de los afectados es variado y no responde a un patrón claro.

La edil de Policía Local, Natalia Antonino, ya explicó en su día a este diario que los agentes tienen en sus directrices el patrullar por la zona de los Juzgados y por la Glorieta, donde también ha habido casos.

A la espera de que ese trabajo policial dé sus frutos, muchos vecinos seguirán extremando precauciones antes de arrancar sus coches. Otros incluso aparcarán lejos de casa para ahorrarse disgustos, trastornos y dinero, pues unos 15 euros vale reparar un neumático «de un turismo normal», como explicaban en el taller. «Pero cambiarlo puede costar entre 70 y 100 euros, dependiendo de la marca», añaden.